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18, febrero 2018 - 20:20

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POR ALEJANDRO ALFARO

Justo cuando parecía que Veracruz conseguiría tres puntos valiosos en la lucha por no descender y de paso, le quitaría el invicto a América, vino un gol en el agregado que borró la sonrisa del rostro de los jarochos y le permitió a las Águilas sumar una semana más sin conocer la derrota.

Carlos Esquivel puso a soñar al Puerto con ponerse a tiro de piedra de Lobos BUAP en la tabla de cocientes, pero al final, vieron como se les fue de las manos el triunfo con el 1-1 definitivo conseguido por Bruno Valdez en el agregado.

Por su parte, las Águilas dieron un bandazo en cuanto a funcionamiento, pero el cierre les dio para rescatar una unidad, afianzarse en el liderato general y salvar el invicto justo antes de volar a Costa Rica para medirse ante Saprissa en la Concachampions.

Al final, el Tiburón no pudo devorarse a las Águilas cuando tenían el plato servido.

EL JUEGO

La presencia de América ayer en Veracruz despertó el interés de propios y extraños, por lo que como se esperaba, las gradas del estadio Luis “Pirata” Fuente lucieron un lleno espectacular para el encuentro con el que cerraría la octava jornada del Clausura 2018.

El interés radicaba en ver al líder general ante un equipo lleno de confianza por el triunfo obtenido a media semana ante Pumas en Ciudad Universitaria y con una necesidad imperiosa de puntos por su problemática en el tema porcentual.

El encuentro, como se esperaba, inicio con el visitante en la propuesta ofensiva y unos Tiburones replegados y con sus líneas defensivas bien plantadas. Pese a eso, las Águilas tuvieron la primera clara cuando un rebote en el área quedó en las piernas de Oribe Peralta, quien buscó acomodarse para encontrar un mejor ángulo y cuando tuvo la meta plena y de frente, mandó su disparo por encima ante el enojo de Miguel Herrera, quien se lamentó por la falla de su delantero.

De a poco, el choque cayó en un ritmo semi lento, sin acciones para resaltar y por momentos aburrido, ya que la pelota circulaba sin profundidad en ambos bandos.

Justo antes de irse al descanso, un error en la zaga jarocha propicio que Cecilio Domínguez recogiera a medias un balón en el área chica, que no pudo aprovechar debido a que Ramos se rehízo para despojarlo de la pelota y alejar el peligro. Sin embargo, en ese momento el arquero Gallese salió lastimado y tuvo que abandonar el campo.

Con poco que contar, los contendientes se fueron al descanso, en espera de replantearse el juego para salir en busca de él para el complemento.

En ese tenor, los escualos volvieron a la cancha más conectados, con mayor agresividad y tino, ya que Carlos Esquivel hizo gala de una gran técnica de golpeo al tirar de fuera del área para poner el esférico muy lejos del alcance de Marchesín, al grado de ponerla pegada al poste derecho del portero argentino y con eso abrir el marcador y despertar a la parcialidad local en el Puerto. Veracruz ganaba y todo era carnaval.

En poder de la ventaja, el local se tiró atrás e invitó a su rival a que buscara el empate para tratar de sorprenderlo en el contragolpe. Ahí, el “Piojo” buscó renovar su ataque con el ingreso de Ibargüen, quien estuvo a centímetros de la igualada cuando se encontró con la de gajos en el área y reventó el travesaño. El agobio americanista iba en aumento con el correr del reloj.

Con un América jugado al frente, los espacios atrás quedaron muy marcados y en una descolgada, los Tiburones pudieron liquidar cuando Esquivel entró sin marca por el costado derecho, y en el mano a mano con el meta crema, cruzó demasiado su tiro y dejó escapar el 2-0.

Dice el dicho que tanto va el cántaro al agua hasta que se rompe y en este caso, el de los rojos se resquebrajó en el tiempo agregado, cuando en un tiro de esquina, Martín tiró un taconazo entre un mar de piernas que llegó hasta donde estaba Bruno Valdez, quien casi en la línea de gol, nada más la tuvo que empujar para poner el empate. La escuadra de Memo Vázquez defendió desde muy temprano y en el pecado llevó la penitencia.

Ahora, el “Tibu” se meterá la semana que entra a la cueva de los Lobos BUAP en un encuentro de vida o muerte en la lucha por no descender; mientras que América comenzará su andar a media semana en la Concacaf Liga de Campeones con su visita a Saprissa.

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