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Mira

3, marzo 2018 - 2:35

┃ Marysol Fragoso

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POR MARYSOL FRAGOSO

El toreo de la actualidad exige a sus practicantes una fortaleza física de hierro, al tiempo que deberán contar con resistencia, elasticidad y estupendos reflejos. No se trata únicamente del esfuerzo que en el ruedo exige a su lidiador un toro cada vez más fuerte, sino además la necesidad que tienen los diestros de recuperarse lo más pronto posible de una cornada o peor aún de una fractura, en el afán de no perder corridas. En el aspecto mental un torero debe contar con tranquilidad y capacidad de reacción para imponerse tanto al miedo cuanto a las incidencias que se presenta en el ruedo y en los tendidos. Además entre sus virtudes principales incluye la inteligencia. Pule la técnica a diario con el toreo de salón y frecuentemente en los tentaderos de las ganaderías.

Fue por ello, que a partir de los últimos 20 años del siglo XX su preparación cambió radicalmente. De aquellos matadores que sólo realizaban largas caminatas en el campo y practicaban frontón, han pasado a convertirse en atletas de alto rendimiento. Hoy por hoy, la mayoría obtiene fuerza y estética en la práctica de correr con cambios de ritmo, en la especialidad de fondo o en la escalada de alta montaña; otros, en la búsqueda de una mente dominante, suman la práctica regular del boxeo, rutinas en el gimnasio y yoga. Hay quienes han agregado a sus programas, la mano profesional de un preparador físico, la de un nutriólogo e inclusive a un psicólogo deportivo. Este último, con la finalidad de que el torero controle su atención, tome las mejores decisiones en cuestión de segundos y finalice su faena de manera exitosa.

Lo anterior difiere de lo hecho por los toreros de antaño. De acuerdo a la revista española El Ruedo, publicada en 1946, los coletas empezaron en aquél entonces a practicar gimnasia para apoyar su preparación. Es por ello, que ESTO, localizó a dos de los toreros mexicanos que tiene una preparación integral. Las siguientes fueron sus consideraciones.

Arturo Macías: “mi entrenamiento en alto nivel lo hago desde que inicié a torear porque en la Academia Pastejé contábamos con un preparador físico, un nutriólogo, un psicólogo y un profesor de técnica. Actualmente, entreno en base a tres pilares: correr, practicar el toreo de salón y realizar yoga. Por las mañana corro aproximadamente 10 kilómetros. He participado en varios maratones; practico tres horas de toreo de salón con capote, muleta y luego me tiró a matar en el carretón; por las tardes practico yoga de lunes a viernes en sesiones de hora y media”.

Agregó: “desde hace ocho años entreno como me enseñó Antonio Corbacho (QEPD) en España. El me introdujo a la yoga y podría decirse que soy un yogui. Esa disciplina me ha aportado mucho para la respiración, la fuerza, la elasticidad y elementos para resolver con mayor rapidez y acertividad frente a la cara del toro. No se trata sólo de fortaleza física y mental; sino de control para que la mente esté sobre el cuerpo e influya para mantenerse lo mejor posible en el ruedo. En la actualidad los toreros somos atletas de alto rendimiento porque ha cambiado el toro y la manera de hacer el toreo. En mi caso he evolucionado hacia la estética en el torear y para ello es indispensable tener un cuerpo trabajado para que haya mayor estética”. Vale apuntar que Arturo Macías torea esta tarde en San Miguel Allende y mañana correrá el maratón de Torreón, Coahuila.

Antonio García El “Chihuahua”: “me basé en el toreo atlético porque yo no estuve en una escuela taurina, tuve que aprender toreando y sufría porque desconocía el abc del toreo, hasta que un amigo me dijo que para reflejar en el ruedo debía tener mejor preparación física, mayores reflejos, por lo que requería tener mayor oxigenación, Entonces me preparé para correr y hasta gané medios maratones. Con el premio económico compraba mis avíos. Corro de 6 a 10 kilómetros diarios. Practico a diario el toreo de salón y colocó en el carretón 30 pares de banderillas por sesión. Voy al gimnasio tres veces por semana y otras tres juego frontón “.

Afirmó, “en 2016 tuve problemas personales que me impidieron entrenar regularmente y cuando toreaba no me sentía fuerte ni física ni mentalmente. En cambio, ahora que he podido entrenar como se debe, me voy para arriba aunque el toro sea complicado”.

Antonio cuenta con un nutriólogo pero nunca se ha asesorado por psicólogo personal, “mi sicólogo personal es el toro que te enseña a reponerte y a levantarte de graves percances como el que tuve hace tiempo en Guadalajara que casi me cuesta la vida. Incluso atletas de otras disciplinas como marchistas o boxeadores mi tierra, me han pedido consejos. Yo conocí la muerte en persona; la he visto dos veces de cerca pero Dios me ha dado un límite muy alto para superar la adversidad” terminó este torero cuya próxima corrida será el 6 de abril en su tierra, Chihuahua.

 

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