Acapulco, Gro.- Cerró con broche de oro.

Juan Martín del Potro culminó una semana para el recuerdo al derrotar en la final del Abierto Mexicano de Tenis, con parciales de 6-4 y 6-4, al sudafricano Kevin Anderson y proclamarse como el campeón en la celebración de los 25 años del certamen.

Este fue el tercer éxito de la “Torre de Tandil” en la semana contra miembros del Top-ten, poco o nada le afectó haber tenido un mal sorteo y quedar ubicado en las llaves más poderosas del torneo.

El estadio Pegaso lució pletórico, con sus 7,500 butacas ocupadas y que vibraron al ritmo del “deporte blanco”.

Dos miembros del Top-ten de la ATP regalaron una de las mejores finales en la historia del evento. Si bien ambos jugadores basaron sus opciones en su servicio, los puntos largos cayeron del lado sudamericano. Ahí, el actual subcampeón olímpico sacó la diferencia.

Un quiebre en el primer set fue suficiente para ponerse en ventaja. No necesitó más, su servicio y potente derecha fueron dinamita pura para el número nueve del mundo.

El público se le entregó durante todo el cotejo al argentino, los gritos de ¡Olé, olé, olé, olé… Delpo, Delpo!, retumbaron una y otra vez por las instalaciones del Complejo Deportivo Mextenis. Las playeras argentinas se dieron cita en gran número para presenciar la hazaña del último estandarte del tenis de su país.

Con set arriba en el marcador y la ventaja anímica, Juan Martín le robó el servicio al sudafricano en el tercer “game”. Todos los presentes sabían que era juego terminado. Imposible que se le fuera un juego tan dominado al tandilense. El resto fue jugarle el “slice” de revés y tiro potente con la derecha para castigar a un Anderson que simplemente no la ve llegar. Se han enfrentado en siete ocasiones dentro del circuito profesional y en todas ha salido Delpo con la mano en alto.

Kevin llegó a acusar un dolor en el codo derecho, pero todo quedó en un susto que no desconcentró el paso del argentino a su título. El famoso “Guaje de Plata” tiene nuevo dueño, y para deleite de los aficionados, es uno de sus grandes consentidos.

Al final tuvo un triple match point, aprovechó el primero, alzó las manos, y celebró su título número 21 de su carrera.

Si el año pasado se despidió en manos de Novak Djokovic, en lo que fue el mejor partido de esa edición, ahora no solamente rompió con sus fantasmas en Acapulco donde las lesiones y ese tipo de rivales lo mantuvieron al margen, también lo hizo deshaciéndose de tres de los diez mejores tenistas del mundo.