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Mira

18, marzo 2018 - 23:01

┃ Miguel Angel García

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POR MIGUEL ÁNGEL GARCÍA

FOTOS: MARTÍN MONTIEL

La tercera novillada de la temporada Soñadores de Gloria, en la Plaza México, tuvo matices verdaderamente interesantes y el común denominador de entrega y disposición por parte de los novilleros que han estado con actitud y muchos deseos de agradar. Los astados de La Soledad, propiedad de Mariano González Zarur, tuvieron un lidia dispar, aunque toreables prácticamente todos, siendo el menos el que hizo tercero y mejores segundo –arrastre lento- y el cierra plaza. Tras el paseíllo se rindió un minuto de aplausos en memoria del ganadero Cuco Peña, así como de la fotógrafa Daniela Magdaleno.

NOVILLOS

Salieron en el siguiente orden: Ebanista, con fuerza al caballo, se dejó. Farolero, derribó al piquero, de buen recorrido, arrastre lento. Sereno, cumplió ante la puya, descastado y débil. Guardagujas, cumplió ante el peto, de calidad, rajado. Ladrillero, devuelto debido a que salió lesionado de los cuartos traseros. Reserva de Monte Caldera, Caporal, que remató en el burladero y se tronó el pitón derecho, fue devuelto. Salió Luminoso, de Monte Caldera también, débil. Cartero, con calidad y recorrido, aplausos en arrastre.

CARA Y CRUZ

Manuel Gutiérrez tuvo una actuación espartana ante su primer astado. Lo recibió de verónicas un tanto atropelladas y quito por saltilleras casi igual, eso si, con toda la actitud.

Con la muleta le fue casi imposible plantar las zapatillas, hizo una labor eléctrica, sin idea ante un novillo a menos, de embestida corta y que iba con la cara arriba. Al final se hincó para torear y recibió varias volteretas por seguir con esa idea. Si, tiene mucha actitud, pero a golpes puede más el toro y salir por salir a dejarse matar tampoco es algo que la gente quiera ver. Completó el cuadro el juez con los tres avisos. Un desastre por completo.

Sin embargo, admirablemente cambio la moneda ante su segundo novillo, sin rastro alguno de lo que había sucedido, con ánimos renovados y en con un planteamiento claro. Y es que ante su segundo su actitud fue otra por completo, más sereno, pensante, sobrio y haciendo las cosas sin prisa. Logró una labor muy aseada, de calidad ante lo que su socio le permitió hacer, con pases de mucha mejor manufactura, disfrutando su toreo y dejando ver lo que en realidad trae por dentro. Muy bien ha estado, pero sobre todo, admira la forma en cómo recuperó el ánimo y remontó para en cierta forma borrar su primera actuación.

BIEN

Francisco Martínez se gustó en lances por verónicas ante su primer socio para luego quitar con una serie de chicuelinas y tafalleras, que remató de revolera. Replicó José Sainz con lances de buena manufactura. Martínez lució en las banderillas, gusta de colocarlas y vaya que sabe como hacerlo, al quiebro, gallando y yendo para atrás. Toda espectacularidad.

Tiene la idea para torera, su concepto es de buen gusto, clásico, pero le falta ejecutar por completo la encomienda. Tuvo momentos claros por ambos lados, toreando con largueza, aunque no redondeó, pues de pronto se desdibujaba, pudo expresar su toreo y tuvo tela para hacerlo. Dejó una estocada soberbia, para recibir una oreja.

Ante su segundo estuvo bien de capa y volvió a brillar con las banderillas. Su labor de muleta careció de lucimiento debido a la debilidad el astado, que se la pasó rodando en la arena; queda la disposición y entrega del torero que siempre estuvo en la línea, buscando pases. Destacó una serie de cambiados al final, que fueron por mucho lo que más alentó al respetable.

DE BUEN CORTE

José Sainz dejó muy buen sabor, tiene con qué este singular torero; se gusto y recreó la pupila con los lances a la verónica para saludar al cónclave, luego quitó con chicuelinas. En la faena de muleta se topó con un descastado animal, débil además, que no le permitió hacer prácticamente bada. Solo detalles de buen mérito.

Ante su segundo dibujo chicuelinas de buen gusto y con muleta elaboró un trasteo de sentimiento, inspirado por ambos lados. José se topó con un astado de buena calidad, recorrido excelente, suficiente para eslabonar la faena más sentida de la tarde; estocada completa para recibir una oreja.

INCIDENCIAS

El aficionado Gonzalo Martínez, quien esta vez observó el festejo desde el burladero de la empresa ingresó a la enfermería por un problema intestinal, mientras que el subalterno Jorge Luna de igual manera visitó la enfermería debido a que el novillo que cerró el festejo saltó al callejón y le cayó en la espalda.

 

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