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5, abril 2018 - 8:31

┃ Yael Rueda

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POR YAEL RUEDA

Un juego de futbol podría servir para agravar o aliviar las crecientes tensiones diplomáticas que existen entre Gran Bretaña y Rusia. El Arsenal recibirá al CSKA de Moscú, en el Emirates Stadium, en partido correspondiente a los cuartos de final de la UEFA Europa League, y el evento servirá como “simulacro” a lo que se viene de cara a la Copa Mundial.

El trascendental cotejo llega en un momento en el que la tensión está al por mayor entre ambas potencias, todo después de que el ex espía ruso Sergei Skripal y su hija Yulia fueran intoxicados con un agente nervioso de nombre Novichok, sustancia de fabricación soviética desarrollada hacia el final de la Guerra Fría.

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Desde Moscú, el Kremlin ha negado la implicación en el envenenamiento doble ocurrido el 4 de marzo en Salsbury; sin embargo, la Primera Ministra Británica, Theresa May, acusó directamente al gobierno de Vladimir Putin y expulsó a 23 diplomáticos rusos del gobierno británico, todo en represalia por el caso Skripal.

En ese sentido, May solicitó a la familia real no presentarse durante el Mundial de Rusia 2018 en el país anfitrión, aunque de momento, todavía es un hecho la participación de la escuadra de los “Tres Leones”.

Cabe recordar que no es la primera vez que un enfrentamiento entre estos dos equipos venga acompañado de fuertes sucesos extra cancha. En 2006 fue asesinado el ex espía Alexander Litvinenko, quien acusó públicamente a sus superiores de ordenarle el asesinato del magnate ruso, Borís Berezovski, en 1998, y que desde entonces fue fugitivo de la KGB.

No solamente fueron halladas trazas de polonio radioactivo en la tetera y en la taza usada por Alexander Litvinenko en aquel año, sino que también fue detectado en el hotel donde estuvieron Dimitru Kovtun y Andrei Lugovoi, los culpables de envenenarlo, justo en la mesa del restaurante Pescatori, en el bar Dar Marrakesh y hasta en el Emirates Stadium, casa del Arsenal, donde los responsables fueron a ver el enfrentamiento entre los “Gunners” y el CSKA de Moscú, correspondiente a la fase de grupos de la Champions League.

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“Las relaciones entre Rusia y Gran Bretaña se ven afectadas por este juego entre espías, y el futbol viene a aligerar esa tensión. Incluso en el partido Arsenal frente a CSKA, celebrado en Londres en 2006, se dice que la contaminación de Polonio, en el Emirates, fue porque los espías fueron a apoyar a su equipo”, comentó Alejandro Martínez, catedrático de la UNAM en entrevista con ESTO. “Otra de las versiones apunta que en un vuelo de hinchas del club moscovita se trasladó el Polonio. ¿El futbol fue el medio para encubrir el asesinato de Litvinenko o fue un distractor en medio del plan para liquidarlo? A discreción, años después de ese incidente, el sorteo de la UEFA vuelve a poner a los dos equipos para jugar una ronda eliminatoria y las dos naciones están enfrentadas por las mismas disputas entre espía y ex espías”, compartió el internacionalista.

“Sergei Skripal es el otro ex espía, aunque en su sistema nervioso había un agente químico; en cambio, lo de Litvinenko sí fue por envenenamiento radioactivo. Todo esto se enmarca en un juego de futbol entre dos equipos de países potencias enfrentadas”.

El duelo entre Arsenal y CSKA va más allá del rectángulo verde. Espías aprovechan para sentirse un poco cerca de casa, pero también es el vehículo para tomar acciones contra los desertores. Sin duda alguna, un encuentro que se vivirá de manera caliente, no solamente en las tribunas, sino también entre los gobiernos.

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