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12, abril 2018 - 8:40

┃ Fernando Villa

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POR FERNANDO VILLA

FOTOS: MOISÉS ROSAS

Una mochila desgastada por el trajín de los viajes constantes. El balón y unos tenis que muestran el esfuerzo y reflejan la pasión. La sonrisa que demuestra la diversión. Así es Paloma Pujol, campeona del mundo en Footbag y campeona del Campeonato de Freestyle Panther Ball. Actualmente, Paloma vive en España, pero lleva a México en el corazón, pues hace 31 años llegó a este mundo, exactamente en Tequisquiapan, Querétaro. Sus inicios en una disciplina como el Footbag fue por coincidencia y tradición familiar.

“Me gustaba el futbol, entonces me gustaba darle toques (dominadas) al balón. Mi madre, quien era hippie en su época, vio a una señora vendiendo artesanías y me compró tres. Me dijo que cuando destruyera el primero me daría el siguiente. Mi mamá me enseñó a jugar, porque ella vivía aquí en México y aprendió en la Universidad”, expresó en una plática con ESTO.

Conforme fue creciendo, lo único que quería era jugar futbol. Tuvo su oportunidad en su natal Tequisquiapan; sin embargo, se dio cuenta que lo suyo eran las dominadas, no el patear al arco.

“Yo jugaba futbol en Tequisquiapan, pero las niñas no podíamos jugar al futbol en 1999. Mi abuelo dijo que yo iba a jugar y hacía trampas con las fichas. Yo jugaba futbol, pero más que disfrutar el juego, disfrutaba del equipo. No me importaba para nada si estaba en el banquillo. Lo que me gustaba era entrenar y estar con las amigas. Yo disfrutaba mucho haciendo toques (dominadas)”, exclamó entre risas.

Después, los conflictos familiares la llevaron a Madrid. “Mi madre se separó de mi padre. Él es catalán y ella madrileña. Entonces ella quería un cambio. Quería irse a Querétaro o a Madrid y decidió irse a España. Yo no quería, pero vi España y dije, esto es una maravilla”.

En cuanto arribó al Viejo Continente, vio a la “hackey” (un pequeño saco de tela relleno de semillas o plástico) como la oportunidad de crear amigos, pues su pasado se quedó en México.

“Llegando a España me inscribieron a un equipo femenil (de futbol)y dije que es una maravilla. Todo ese tiempo jugué al hackey y estuve en equipos ocasionales conforme crecí. Ya en 2005 apareció la magia, apareció la “hackey”. Siempre llevaba un hackey en mi mochila. Luego empecé a ver grupitos de gente jugando y preguntaba si podía jugar. Era una manera de hacer amigos. El hackey fue importante en mi adaptación. Yo aprendí a jugar aquí en 1999 y cuando la saqué en el colegio en España, fue un imán para hacer amigos. Un día llegó un chico y me dijo que jugaba increíblemente. Me dijo que si había buscado gente en internet que hiciera esto y pensé que no iba a haber un club de esto y para mi sorpresa lo encontré”.

VIAJERA FRECUENTE

Pese a que el Footbag no es una actividad muy popular, Paloma se las ingenió para prepararse de la mejor forma y viajar a su primer torneo en el cual no tuvo mucho éxito. Tuvo que esperar hasta 2015 para que su esfuerzo se viera reflejado.

“Yo empecé a jugar al Footbag y luego me encontré que la gente lo jugaba como deporte. Yo a los seis meses estaba yendo a París y fue a mi primer torneo. El siguiente año ahorré y me fui a Estados Unidos a mi primer Mundial. Fui sin saberme las reglas, pero el relacionarse con gente de otros países y el perfeccionar el inglés fue buenísimo. El Footbag siguió y siguió, pero nunca pude sacarle dinero, porque no es popular. La gente no está interesada en eso. Entonces sacas un balón y la gente te mira. En 2015 decidí que estaba harta de ser segunda por siempre. Esa vez agarré una dieta, yo sola, fui al gimnasio, comí bien y dormí bien. Fui a Dinamarca, sin patrocinador y ahorrando mucho. Fui y gané el Mundial”.

Con los reflectores del público especializado, le llovieron consejos sobre cómo explotar su imagen. Lamentablemente, una lesión la alejó del Footbag y eso le abrió la puerta para practicar el Freestyle.

“Vino el campeón y me dijo que usara el título para relacionarme. Yo ya conocía a algunos freestylers (los que dominan el balón), pero no lo practicaba mucho. No me había metido en el juego. Iba a ver los torneos, pero en 2015 era muy mala y tuve una lesión que me retiró del Footbag por nueve meses. Durante ese tiempo decidí que con el balón podía jugar con la cabeza, estando sentada y cuando me di cuenta era freestyler”, recordó.

LIGA FEMENIL

Paloma Pujol admitió que le sorprende cuando la reconocen en la calle. Aunque, de la misma forma, en el campeonato que disputó en Torreón, Coahuila, la semana pasada, tuvo oportunidad de platicar con las chicas de Santos femenil, y vio muchas diferencias en las ligas de la categoría entre España y México.

“Poco a poco la gente te va conociendo y un niño te pide una foto, sobre todo las niñas. Encontré muchas distinciones en el futbol femenino entre España y México. Aquí hay algunas cosas mejor, como que las chicas jueguen en los estadios. Allá no juegan en los estadios, pero hay más público, más afición y más repercusión. Allá hay muchos campamentos para niñas de todas las edades y aquí no hay ni uno. Es espectacular. Yo estoy orgullosa de que mi público sea 40 por ciento de chicas. Cuando hay otras que su público es 90 por ciento hombres”.

Dijo, para el Diario de los Deportistas, que en la charla que tuvo con las Guerreras, ellas le contaron las dificultades que tienen por ser futbolistas profesionales en nuestro país.

“Conocí a las chicas del Santos por casualidad y les comenté un poco de lo que está pasando en España. Les dije que allá han incluido en la quiniela un partido femenino, porque así ya debes saber cómo va la Liga. Es como meter un pequeño gusano. Me contaron muchas cosas. Les pregunté si deben tener otro trabajo para vivir y me dijeron que sí. En España también deben tener otro trabajo, pero hay tres clubes profesionales donde las chicas ganan lo suficiente, sin que sea mucho, para que puedan dedicarse plenamente a esto. El día que en México que haya un equipo realmente profesional, va a hacer que los demás lo imiten y le pongan mucho más interés”, exclamó.

Pujol lucha por sus sueños. Tiene metas qué cumplir, aunque reconoció que uno de los más importantes ya lo cumplió, pues tuvo la oportunidad de estar en el show del medio tiempo en el Wanda Metropolitano, en un partido de la Liga Femenil de España.

“Tengo 31 años. Quiero que en España haya más chicas freestylers. Vivo mi vida. Yo juego en la calle. Doy clases a niños. Lo que quiero es estirar esto lo más que se pueda. Hace poco cumplí una de mis metas que fue estar en el Wanda Metropolitano, al medio tiempo de un partido de la Liga femenil. Que me hicieron mi novatada, porque pusieron los aspersores a los dos segundos de mi canción y, bueno, me bautizaron”, confesó en charla con ESTO.

POCO REMUNERADO

El Footbag y el Freestyle no dejan mucho dinero. Eso lo sabe Paloma Pujol, la mexicana que hizo de estas actividades su estilo de vida. Con mucha actitud, ella busca las opciones que le den un sustento en su día a día, pues aclaró en exclusiva con ESTO que uno debe crear sus oportunidades.

“La verdad es que yo no puedo ahorrar, porque vivo bastante al día. Luego caen anuncios y te caen del cielo. Yo no tengo vistos de princesa y cuando necesitan chicas freestyler en vez de elegirme a mí, eligen a alguien que sabe menos. Pero yo no voy a cambiar, porque así es mi mentalidad. Cuando yo no tengo eventos, me los busco. No es que la gente deba venir a buscarte, es que tú vas a ofrecer tus servicios. Esa es la diferencia entres las freestylers de México. Hay unas muy mediáticas y otras que no buscan, porque aquí hay muchos eventos”.

De la misma forma se dijo consciente de la desigualdad que hay entre hombres y mujeres, no sólo en el Freestyle y en el Footbag, sino en todos los ámbitos de la vida. Es por eso que desde su trinchera quiere que exista una equidad de género.

“(Busco) Igualdad, yo sé que va a ser difícil, pero poco a poco hablando con la gente y con los organizadores. Porque ellos mismos no ven la diferencia que están haciendo. Ellos creen que hacen todo igual, pero cuando te lo dice alguien más desde el otro ámbito, es como lo notas. Antes, los jueces sacaban un cartel con el nombre del competidor masculino. Las chicas no teníamos carteles. Atrás del escenario había pantallas donde ponían la foto del hombre participante y de las chicas no había”.

MUCHO CUIDADO

Paloma cuenta con 31 años y no se toma la vida a la ligera. Su cuerpo ha sufrido lesiones severas y por eso lo cuida lo mejor que puede, pues aunque muchos no lo crean, el desgaste de los huesos y las articulaciones es muy común.

“Lo primero es que después de mi lesión debo estirar mucho. Para salir de mi lesión tuve que hacer yoga. Tuve que ir al fisioterapeuta. Ahora voy al quiropráctico. Voy como prevención y para durar más”.

De la misma forma, piensa mejor su rutina, pues no se arriesga ya tanto con el Footbag y mejor se enfoca en el Freestyle, ya que eso provoca una menor carga de trabajo a su físico.

“Hay que ser inteligente para durar. Tú conoces tu cuerpo y sé que mi estilo a veces me es un poco agresivo y te apoyas más en otras cuestiones. Antes Footbag entrenaba seis días a la semana, ahora entreno tres porque entreno Freestyle, porque eso me da dinero y el Footbag no. He dejado el Footbag porque es muy demandante, pero luego lo juego con los amigos y cuando doy clases. El hackey está desapareciendo y no quiero que sea así”.

MIRA ESTO

Nombre completo: Paloma Pujol Mayo

Edad: 31 años

Lugar de nacimiento: Tequisquiapan, Querétaro

Logros: Campeona del Mundo en Footbag en 2015, Primera freestyler profesional de España, Campeona del Campeonato de Freestyle Panther Ball, Un Campeonato Europeo en 2013 en Footbag

 

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