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Mira

14, abril 2018 - 17:53

┃ Marysol Fragoso

JUAN_SILVETI_NIETO

Juan Silveti es el tercero con este nombre en su familia taurina de Guanajuato. Es también el sexto torero en línea de la dinastía Silveti. Pues bien, éste joven diestro, triunfó durante el festejo nocturno del viernes realizado en Querétaro al haber cortado la única oreja. El cachorro de El “Tigre” rugió con fuerza.

Juan Silveti Mañón fue su bisabuelo; Juan Silveti Reynoso su abuelo. Su padre se llamó David Silveti Barry; su tío es Alejandro Silveti Bary, y su hermano es Diego Silveti Del Bosque. Todos ellos portan orgullosos el título de matador de toros. Este Juan Silveti del siglo XXI, lleva por segundo apellido: Del Bosque. En sus venas corre la sangre de El “Tigre”, como llamaban al fundador de esta dinastía. Este Juan Silveti, de la actualidad, saltó a la palestra recientemente. Rugió en la plaza Santa María de Querétaro donde logró la que ha sido hasta ahora su mejor actuación a partir de que se presentó como novillero. Enfrentó a su único ejemplar de Los Encinos que fue el cierra plaza. Sobresalió al ejecutar un personal quite por gaoneras. Con la muleta, aprovechó al ejemplar al torearlo por el pitón derecho. A lo largo del nutrido trasteo, consiguió tandas muy sentidas y ligadas. Cerró con lasernistas y remató su labor con una estocada entera que resultó fulminante, con lo cual, cortó el apéndice que sería el único otorgado en esa corrida mixta.

El mayor de los Silveti, Diego, salió a darlo todo, como es su costumbre. En primer término se enfrentó con un toro que fue de más a menos y tuvo una embestida incómoda, principalmente porque echaba la cabeza arriba al final de cada pase. De manera insistente, logró pases aislados y tras mostrarle al público que  la faena no daba para más, despachó de estocada y golpe de descabello. Recibió palmas.

Con su segundo armó la escandalera ante un toro que sembró el pánico al saltar al callejón. Diego ejecutó verónicas templadas que emocionaron a los aficionados. Se echó el capote a la espalda y cambió al burel en los medios en seis ocasiones con lo que puso al público de pie.Con la muleta ligó dos péndulos sin moverse y se dio a torear con temple y buen gusto. Por ambos lados logró tandas muy bien rematadas con pases de pecho y desdenes. La faena fue in crescendo y enloqueció a los asistentes. Tras bernardinas para abrochar la labor, se entregó en una estocada hasta las cintas, que, desafortunadamente no surtió efectos inmediatos, por lo que tuvo que echar mano del descabello en dos ocasiones. Aun así le pidieron con fuerza la oreja. El juez no la concedió. A cambio, dio una triunfal vuelta al ruedo.

Pablo Hermoso tuvo una actuación con maestría. En su primero, que se dejó, no acertó al primer viaje con el rejón de muerte y fue ovacionado. Pero con su segundo vino lo mejor con perfección de principio a fin, ante un toro bravo, con transmisión y con clase. Lo bordó pero falló con el rejón de muerte y debió conformarse con una cerradísima ovación.

Guillermo Hermoso hizo una faena con variedad, conexión y entrega. En base a fajar a sus cabalgaduras con los astados, para pasárselos muy cerca, se justificó. Fue ovacionado con este novillo, luego de haber pinchado su actuación.

Con un marco de acompañamiento del mariachi, que interpretaron torerísimos pasodobles, se lidiaron seis ejemplares de Los Encinos de buena presencia clase y su bravura. Sobresalieron del tercero al sexto.

La reseña fue: Plaza de toros Santa María de Querétaro, Corrida Charro – Taurina. Tres cuartos de entrada. Cuatro toros y dos novillos de Los Encinos, bien presentados. Pablo Hermoso de Mendoza, palmas y palmas; Diego Silveti, palmas y vuelta; Guillermo Hermoso de Mendoza; palmas; y; Juan Silveti, oreja.