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Mira

14, abril 2018 - 18:27

┃ ESTO

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De la noche a la mañana le dijeron a César Ramírez “no vas a los Juegos Olímpicos Río 2016” y a partir de ese momento inició su carrera más veloz por su vida en su lucha por vencer el cáncer y salió triunfador, y ahora corre hacia Tokio 2020.

El 30 de marzo pasado sonó el pistolazo de salida de la final de los 200 metros en el Encuentro Atlético FMAA 2018 y el originario de Sinaloa salió disparado y zancada a zancada se impuso con 20 segundos y 78 centésimas, para lograr una victoria dedicada a la vida.

“Estoy contento por ganar esa carrera. Es un año en que vengo de menos a más. En cuanto a tiempos, lo voy bajando cada vez que participo y espero correr por debajo de esta marca (que piden) para clasificar a los Juegos Centroamericanos y del Caribe”, expresó el velocista.

En su primera competencia del año, en Ciudad Obregón, marcó 21.09 segundos, en esta segunda 20.78, su mejor marca personal es de 20.50 y la Federación Mexicana de Asociaciones de Atletismo (FMAA) le pide 20.63 para ir a Barranquilla 2018.

La Universiada Nacional 2018 se desarrollará en Toluca del 27 de abril al 12 de mayo, donde hará su tercera prueba del año, en una sede a dos mil 600 metros sobre el nivel del mar, donde podrá volar. “Ayuda la altitud, pero también cansa mucho”, analizó.

Fue precisamente en la Universiada Nacional U. de G. 2016 y el 11 de mayo, donde dio la marca para Río 2016 con el 20.50 y convertirse en el primer sinaloense en participar en unos Juegos Olímpicos, pero el 28 de julio la FMAA informó de su baja a causa de una enfermedad.

“Fue muy lamentable. Trabajé mucho para conseguir el boleto y para que de la noche a la mañana me digan que no puedo ir por la enfermedad de cáncer, entonces, sí fue muy duro. El año pasado casi no competí y este año ya estoy entrenando más fuerte y me voy acercando más a mi marca”, expresó en entrevista con Notimex.

Abundó que cada carrera la disfruta, pues pensó que no volvería hacer lo que le gusta y ahora cada competencia y entrenamiento lo disfruta.

“Sufrí muchísimo. Imagínate, estar entrenando más de 10 años para unos Juegos Olímpicos y me tumben y me digan que no voy. Me concentré totalmente en no perder mi vida y recuperarme. Fueron tres meses inactivos, lo de mi cirugía y mes y medio de quimioterapias. Volví en octubre de 2016 y ahora estoy como despegando otra vez”, resalto.