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Mira

16, abril 2018 - 20:49

┃ Guillermo Martínez

Adriana Loftus

A unos días de recibir el Premio Nacional del Deporte, la entrenadora Adriana Loftus se encuentra emocionada, pero además, satisfecha por los logros que ha obtenido y aportado durante su carrera de 30 años.

Reflexiona, escucha a su músico preferido, Chaikovski, entonces “El lago de los cisnes” la regresa al agua. A ese sitio donde primero se formó en el nado sincronizado, para después convertirse en la mejor estratega desde los Juegos Olímpicos de Seúl en 1988 hasta Río 2016, donde es la protagonista, la causante de que sus pupilas hayan despertado como “La bella durmiente” y estén ahora en los mejores planos internacionales.

“No esperaba tan grande distinción. Llega en un buen momento de mi vida, de mis sueños y esperanzas cumplidas. Considero importante el ser reconocida como la mejor entrenadora, pero además sé que es una gran responsabilidad porque mi carrera deportiva viene en ascenso. Es un estímulo más”.

El talento brilla a través de la sinfonía de sus ojos. De la armonía que transmite durante su plática al expresarle al mundo que México cuenta con gran talento para la natación artística.

“Soy muy soñadora. Mis allegados dicen que busco las cimas en las que no es fácil llegar, pero entre más alto sueñes, puedes conseguir tus objetivos. Siempre he sido luchadora, disciplinada, cosas que me transmitieron mis padres. Mi papá Franklin Alberto –qepd-, un deportista de americano y básquetbol, y mi madre María Eulalia inculcándonos el deporte junto a mis cinco hermanos como parte de nuestra cotidianidad. Una dedicación con valores que rindieron sus frutos”.

Su risa traspasa el silencio de la alberca del CDOM. Estricta pero a la vez amorosa, ya había sido nominada en otras ocasiones, pero esta vez llegó justo en el momento cumbre de su trayectoria.

“Sabía que no era fácil porque somos varios entrenadores con demasiados años en el deporte. Amigos que lo esperan con ansiedad por todo lo que han aportado. Por eso es especial recibir este reconocimiento. Una de las grandes claves para lograrlo, es tener mucha pasión por lo que hago. Cuando te dedicas al máximo con sus pros y contras, con entrega y objetivos altos, se logra lo que un día comenzaste como un sueño”.

Continúa la música de cámara vibrando en sus oídos. Recorre el sitio donde creció y ha visto triunfar a las sirenas mexicanas. Hay nostalgia durante el recorrido, pero también orgullo, satisfacción, nuevas ilusiones para el ciclo que ha iniciado.

“Me gusta cultivar lo de adentro, darle al espíritu lo que necesita para reflexionar. Pero sobre todo, por la gratitud de lo que he vivido. Agradecerle a Dios, a mis padres, a mi familia y muchas personas que me han ayudado. He cumplido con todo lo que me he propuesto. Tal vez me faltó en algunas competencias estar en mejor sitio, pero hubo cosas que influyeron para no lograrlo. Aún así, que el mundo europeo voltee a vernos como un rival y estar entre los once primeros del mundo, es algo que me deja satisfecha; con el bloque europeo tan fuerte que está en el nado artístico y nosotros peleando a su lado. Con eso México muestra estar en un buen lugar gracias a la preparación de mis deportistas”.

PREMIO: El PND consiste en una medalla de primera clase de oro, una roseta, un incentivo de económico de 763 mil 921 pesos y un diploma firmado por el Presidente de la República Mexicana.

APUNTE. Adriana Loftus lleva treinta años como entrenadora de la natación artística. Llevo al equipo a los Juegos Olímpicos de Río 2016, donde quedaron en el onceavo lugar.