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Mira

20, abril 2018 - 21:28

┃ Miguel Angel García

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Se ánimo la afición para asistir a la Monumental, casi media entrada en tarde caluroso, con sello a esta fenomenal feria. El festejo ha transcurrido entre sabores dulces y amarguras derivado de un ganado que ha sido desigual en su lidia, tirando a débil y con pocas opciones; bien presentados los de Xajay, siendo el negro en el arroz el quinto que fue protestado.
Paco Ureña se destacó en su primer toro con una labor de maestro, magistral de cirujano, mientras que en su segundo astado propuso una actuación de poderío.
Arturo Saldivar también estuvo consentidor con su primero al darle todas las ventajas para hacerlo embestir, mientras que su segundo se lo protestaron.
Y Leo Valadez ha dejó momentos de gran valía y una entrega absoluta.

XAJAY
Toros de Xajay, en este orden: Señorón, débil, pitado. Don Luis, a menos. Incondicional, a menos. Viejo Fiel, empujó con fuerza y de no ser por las tablas quien sabe hasta donde se hubiera llevado al caballo y picador, deslucido. Amiguero, protestado. Mandamás, sin opciones. Y uno de regalo: Abuelo,

EN MAESTRO
Paco Ureña, lances de tanteo para saludar, pasando al toro rápido debido a que perdía las manitas. Y este defecto ya no se corrigió pese al pellizco que recibió a manos del picador. Paco sobó a más al socio, consintió y dio todas las ventajas para hacerlo desplazar sin ahogo, no obstante, el de Xajay llegó claudicado al ruedo. Ureña no le hizo el feo para nada y extrajo pases de gran valía, detalles de muy buena calidad. Mal matando.
Su segundo toro, uno de astas paliabiertas nada armonioso de hechuras, parecía que le iba a poner la tarde más cuesta arriba; deslucido el socio a más y sin grandes opciones. Sin embargo, Ureña le hizo tragar magistralmente por el lado derecho, para cuajarle un par de series en las que el astado no tuvo más que rendirse ante la imposición del toreo que sabiamente lo echó a la canasta. Faena de gran mérito por supuesto, pues la formuló prácticamente de la nada y el hispano obtuvo finalmente una recompensa al llevarse valiosos aplauso en los tercios del ruedo tras el Pinchazo y la estocada que bastó.

MIEL Y HIEL
Arturo Saldivar, bien a la verónica, meciendo los brazos con gusto y torería, para hacer quites después plantado en el centro, por gaoneras de gran exposición. Su labor con la muleta fue a pulso, teniendo como inicio una serie halagadora por derecha, pero que fue un espejismo porque el toro ya estaba a menos al terminar esa primera tanda. Arturo le dio una dosis dulce, de gran amigo, con lo que consiguió dejar detalles de gran validez y pinturería al no haber toreo largo. Acortó terrenos también, todo cuento le fue posible para enmarcar una actuación digna ante un toro que pronto se acabó y jamás bajó la cabeza. Estocada trasera que bastó.
El segundo toro de Saldivar fue protestado airadamente por la concurrencia debido a su falta de presencia, por lo que no le tomaron mucho en cuenta la labor del torero, ademas que el astado no se prestó para el lucimiento del torero. Pinchazo y estocada.
Regaló un séptimo…

VALEROSO
Leo Valadez tuvo entrega con la capa, en los lances de recibo y cuando hizo quites, aunque un tanto presuroso. Con la muleta entregó el alma, le puso raza y empeño, mucho y nada a ala vez, ya que no llegó a los tendidos como hubiera sido su deseo. Y vaya que le puso buena cara Leo a su oponente, mismo que tuvo el defecto de embestir con la cara arriba e ir a menos. Tres cuartos de espada trasera que bastó.
Las ganas de tejer una tarde importante de queso en la imaginación de Valadez, que ante su segundo estrelló sus deseos por agradar. Y es que su enemigo no colaboró prácticamente nada, deslucido y soso el que hizo sexto. Quedan las ganas desbordadas del torero que jamás echó paso atrás.

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