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28, abril 2018 - 20:45

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CRÓNICA

 La tragedia se consumó. Lobos BUAP perdió en casa su último duelo en la Liga MX ante el máximo rival: Puebla. Los camoteros marcaron el regreso al Circuito de Plata de su vecino con una derrota que confirmó quién manda en la Angelópolis, 0-1 final.

Christian Marrugo fue el verdugo en la guarida licántropa. El colombiano puso a soñar a la Franja con la calificación a la Liguilla.

Ahora, Lobos espera para saber quién es el equipo que asciende el próximo torneo y ver si hay luz al final del túnel. Puebla reza en todas sus iglesias por un milagro que los coloque como octavo general y disputen la Fiesta Grande.

EL JUEGO

Con el descenso en la bolsa, parecía que el partido de la última fecha era mero trámite. En parte sí, en parte no. El máximo rival estaba en la guarida. Puebla llegó a al Cásico Poblano con el objetivo de despedir a los licántropos con una derrota al Ascenso MX y, de paso, buscar calificar a la Liguilla.

La gente no abarroto el Olímpico BUAP. El golpe anímico tras perder la categoría fue mortal para algunos aficionados. Caso contrario, los enfranjados le dieron vida al recinto que lució a tres cuartas partes del lleno.

El orgullo era lo único que quedaba para Lobos, por eso no cedieron ningún balón desde el inicio del juego. De inmediato se pusieron las pilas para no dejar que Puebla buscara colarse entre los mejores ocho a sus costillas.

Alfonso Sánchez se perdió la primera de gol. El mexicano impactó de cabeza tras un centro de Olascoaga. Vikonis, bien colocado, se quedó con el esférico.

La única de peligro para Puebla llegó en seguida por conducto de su goleador. Cavallini erró de manera clara después de quedar solo frente al portero. Canales achicó bien y evitó la caída de su marco desviando con la pierna en lo que parecía el acaboce de la BUAP.

Avanzaron los minutos y Lobos insitió al frente. Puso presión en una zaga poblana que lució distraída. No salieron en su mejor tarde y en más de una ocasión le rezaron a los ángeles poblanos para no verse eliminados de la Fiesta Grande.

En un contragolpe, Ávila encaró a dos rivales y disparó de pierna zurda. Vikonis se extendió cuan largo es y mandó a tiro de esquina.

Las llegadas fueron muchas. El lobo salió de caza. Su gente no pesaba, pues los cánticos de la visita retumbaron en un coloso que vivía sus últimos minutos en Primera División. El tiempo de gloria se les acababa.

El “Chepe” discutió con Angulo por las fallas en defensa. Chumacero también dio indicaciones en el campo. Puebla batalló de fea forma.

Lobos siguió desperdiciando oportunidades y llegó el fin del primer tiempo.

En la segunda mitad las cosas cambiaron. Fue Puebla quien llevó la batuta del encuentro.

Las impresiciones en los pases después de tres cuartos de campo no lograron que el portero de la BUAP se inquietara.

La gente no se conjugó con el equipo. La garra no salió. La entrega y la pasión hacia su club fue muy tibio. La BUAP fue una sucursal del Cuauhtémoc.

El juego se equilibró en medio campo. Lobos busco cazar a su presa, pero los enfranjados no se iban a dar por vencidos tan fácil.

Angulo sacó la casta. Un disparo potentísimo desde fuera del área puso a temblar a Canales. Con un reflejo mandó el balón a tiro de esquina. Lobos se salvó del primero.

Cuando un balón parecía controlado por Canales, Marrugo, con apenas unos minutos en el campo, compitió en lo alto por el esférico. Ambos chocaron, pero el colombiano alcanzó a tocar la redonda. Mientras el meta se quedó tirado pidiendo falta, el casaca 13 empujó el balón al fondo de la red. ¡Gol de Puebla! La Franja soñaba con la Liguilla.

La agonía del juego llegó. Alcantar modificó en un intento desesperado de cerrar de manera digna. Una manta que rezó “nos verás volver” se desplegó en las gradas de la BUAP. La noche cayó y el lobo resultó cazado por la Franja, quien lo mandó de vuelta al Ascenso para no ver brillas la luz del máximo circuito. Al final, la muerte, que estaba a un paso desde hace una fecha, se hizo presente en la guarida licántropa.

GOLES