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Mira

29, abril 2018 - 22:09

┃ Miguel Angel García

nota-futm-ponce

POR MIGUEL ÁNGEL GARCÍA

ENVIADO ESPECIAL

FOTOS: CORTESÍA DE TADEO ALCINA

Aguascalientes, Ags.- Finalmente se encumbró el valenciano Enrique Ponce en la Monumental, se sacó la espina ante los feriantes de San Marcos y vaya forma de cambiar la situación. Para pronto: faena de antología, de orejas y rabo que alzó el diestro hispano ante la locura generalizada del público. Tarde magistral de Enrique, que se topó con un extraordinario toro de Bernaldo, bien presentado, con calidad y bravura, que recibió arrastre lento, cuando bien merecía vuelta al ruedo. Octavio García tuvo un toro para lucir su toreo, uno que no caminó y regaló un séptimo. Mientras que Diego Silveti pechó con un lote poco potable, ante el cual mostró firmeza y madures. Se lidió un encierro combinado, de Bernaldo de Quirós y La estancia.

Tarde nublada, amenazante de lluvia que terminó cayendo y viento peligroso para los toreros. Entrada a reventar.

BERNALDO

Bernardo de Quirós: Artista, pegó tumbó espectacular, de gran calidad, nobleza y recorrido, de rabo, arrastre lento. Palomo Gris, de calidad, nobleza, medido de fuerza. Coronel, protestado por su falta de presencia y el juez lo regresó. Chaman, rajado.

ESTANCIA

La Estancia: Cielo Eterno, pegó tremendo tumbo al llegar con fuerza y de largo, deslucido. Amigable (primer reserva), descastado, noble, con clase. Campo Amor, no caminó.

CUMBRE

Enrique Ponce, suaves verónicas, exquisitas. Con la muleta el valenciano se dio a torear con la clase y calidad que le enfunda, corriendo la mano con arte y llevando con pinzas al astado que de principio quería quedarse parado. Pero el torero, todo maestro, metió sabiamente en la canasta al oponente, ligando tandas por derecha magistrales, pese al viento que le estuvo molestando. Cambio al lado izquierdo del toro para recetar naturales de locura y prodigarse de manera increíble. Se dio todo su tiempo el de Valencia para seguir toreando tremendamente y con un sentimiento que hasta levantó al público de los asientos. El toro se fue a menos aunque no perdió su gran calidad, nobleza y buen son, exprimiendo Ponce todo muletazo y hasta Pelea de Gallos le tocaron. No cabe duda que Enrique hizo honor al maestro Miguel Espinosa, recreando naturales de gran nivel. Todavía en los últimos momentos de la labor el matador cuajó sus finas poncinas, deletreadas, inmaculadas, derramando el arte que atesora y que ya esperábamos en esta plaza.

Y la obra de arte fue firmada con una estocada certera, los tendidos se tiñeron de blanco y el juez otorgó sin hacerse del rogar un rabo, cosa que para algunos aficionados no gustó. El toro recibió arrastre lento, hasta poco premio para este sensacional ejemplar. Al recibir los máximos trofeos tuvo división de opiniones el torero.

BRINDIS A MANZANERO

Para su segundo toro, Ponce ligó suaves verónicas, de dulce. Su labor de muleta la brindó a Armando Manzanero, quien se encontraba en barreras de primera fila. El toro de Ponce estaba atacado de kilos, por lo que el valenciano lo llevó con pinzas para que el animal no cayera. Astado para maestros y Ponce se inventó una labor soberbia, llevando majestuosamente al socio con la muleta a media altura para extraerle muletazos sublimes, lentos y muy templados. Nuevamente el torero se recreó por completo y a doble mérito, ya que hizo embestir a un toro sin fondo, dándole todas las ventajas, consintiéndolo en todo sentido. Fueron prácticamente medias embestidas las que ofreció el astado, pero Ponce terminaba el resto del viaje, invitando con dulzura al socio para concluir el viaje milagrosamente. Y continuó extrayendo muletazos de quien sabe dónde, increíblemente su labor fue creciendo con pases en redondo, de temple majestuoso. Una barbaridad hermosa lo hecho por Ponce, que debía esta tarde al gran público de esta ciudad.

Habiendo quedado parado el toro, la suerte suprema se hizo casi imposible, lo que ocasionó el pinchazo antes del espadazo casi completo y concluyó con descabellos, un aviso y la bronca encima del respetable que minutos antes le había aplaudido todo. Finalmente fue aplaudido al acertar en el sexto intento.

VOLUNTAD Y EMPEÑO

Octavio Garcia el “Payo” no se quedó atrás en los lances de recibo y ligó verónicas de hermoso calado, meciendo los brazos con cadencia. Pasó con tres puyazos a su socio, que llegó un tanto débil al tercio de muleta. Y con la tela roja el torero de Querétaro comenzó con doblones toreros para dejar en perfectas condiciones al astado y luego torear por derecha con la calidad que sabe presumir muy bien el torero. Vino otra tanda derechista con cambiado de mano al natural y remate con desdén, de pintura esta serie. Volvió a la carga por pitón derecho, hilvanaba otra tanda templada pero el toro le pisó la muleta. El toro se vino a menos muy rápido, pero Octavio ofreció los muslos como carnada para obligarle ir a la muleta y de esta manera seguir extrayendo pases de sobrado mérito, sobre todo al natural, tejiendo una serie más que inspirada. Toro de mucha calidad, nobleza y buen recorrido. Su labor la remató con detalles y pases de la firma, trincheras y más arrimones de un valor espartano exponiendo en demasía para continuar sacando partido del toro que se quedó sin un pase. Lastima de la espada, pinchazo y estocada.

Para su segundo toro el queretano pechó con poca tela, ya que el animal no tuvo el recorrido necesario para hacer lucir al torero. No obstante, Octavio estuvo más que empeñoso, buscó hacer fiesta pero en definitiva el toro estrelló la voluntad y deseos del torero. Antes de pasaportarlo anunció uno de regalo, de La Joya, al que le hizo gran faena, pero lo pinchó.

FIRMEZA Y MADURES

Diego Silveti, tras breve intervención con la capa, brindó su faena al cónclave. Y vaya toro, este de La Estancia desentonó por completo con los dos primeros de Bernaldo, ya que el oponente de Silveti careció de calidad, fue un animal deslucido por completo. Pero Diego no echó paso atrás y con suma solvencia le extrajo pases de mucho mérito, liándose por completo con la embestida áspera del socio. Silveti derramó solvencia, entrega y deseos grandes por no quedarse atrás en la pelea por las palmas, arrancando pases de la nada, inventándose todo cuanto pudo para agradar al cotarro. Lástima que dejó una espada caída, de lo contrario hubiera cortado una oreja de gran peso.

Ante su segundo astado, el torero de Guanajuato protagonizó un vibrante quite por gaoneras, pacientemente esperó a que su socio se arrancara para enredarse ceñidamemte en la suerte del maestro Rodolfo, haciendo rugir al máximo coso hidrocálido. Tras la salida al tercio del banderillero Ángel González, Diego brindó su actuación a Miguel Espinosa, hijo del maestro “Armillita”, quien observó el festejo desde el callejón.

Y bueno, Diego se dio a torear increíblemente en los medios del ruedo, cuajando una primera tanda impactante, con trazos largos, coreados con fuerza. Tras esta tanda por derecha el toro se rajó, yéndose a tablas, sin embargo Silveti lo sujetó sabiamente para continuar toreando pleno de madures, patentando su calidad de dinastía. Aunque el toro no ofreció lo necesario para que la labor de Diego fuera redonda, sí brilló su actitud y empeño, con una entrega y firmeza por no quedarse atrás; terminó el toro en tablas, totalmente rajado. Estocada y petición de oreja gracias a la entrega de Diego que fue muy bien reconocida.