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2, mayo 2018 - 8:20

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El Roma persigue completar un nuevo milagro deportivo contra el Liverpool en la vuelta de semifinales de la Liga de Campeones, tras el 2-5 sufrido en la ida, e irá a por una remontada que tendría como premio la final del 26 de mayo en Kiev.

Es un reto ilusionante para un Roma que no llegaba tan lejos en la Copa de Europa desde hace 34 años y que ya remontó en esta campaña tanto en los octavos de final, contra el Shakhtar Donetsk, como en los cuartos, cuando firmó una hazaña contra el Barcelona.

Hasta el minuto 80 del choque contra el Liverpool en Anfield, con el 5-0 a favor de los ingleses, la Roma estaba casi definitivamente sentenciado, pero los goles marcados en el tramo final por el bosnio Edin Dzeko y el argentino Diego Perotti le devolvieron esperanzas.

Para sellar el billete para Kiev, el conjunto de la capital italiana necesita imponerse al menos por 3-0, una goleada que este año el Roma ya endosó al Chelsea, en la fase de grupos, y al Barcelona, en los cuartos, cuando remontó un 1-4 adverso.

Es precisamente desde las sensaciones de esa histórica remontada contra los catalanes que la Loba quiere salir para imponerse ante el Liverpool, y lo hará en un Estadio Olímpico que se ha convertido este año en Europa en un fortín inexpugnable. De hecho, ningún equipo europeo ha logrado marcar este año en el coliseo capitalino; allí se hundieron el Chelsea, el Barcelona, el Qarabag y el Shakhtar y solo el Atlético de Madrid logró salir vivo, aunque sin pasar del 0-0.

Por su parte, el Liverpool llega avisado de la mística del Olímpico, por lo que los de Jürgen Klopp no pueden confiarse si quieren acceder a su primera final desde 2007. Los Reds, tras reservar efectivos este fin de semana ante el Stoke City, llegan a Roma con la importante baja de Alex Oxlade-Chamberlain, lesionado para el resto de la temporada en el partido de ida, por lo que el holandés Georginio Wiljnaldum tomará la batuta en el centro del campo junto al capitán Jordan Henderson. La no presencia del medio inglés se une a las pérdidas de Adam Lallana, Joel Matip y Emre Can, quienes no volverán a pisar el césped en lo que resta de campaña.

La mayor baza de los de Klopp será su tridente de ataque compuesto por Sadio Mané, Roberto Firmino y, sobre todo, Mohamed Salah, quien encumbró las portadas de todo el mundo con su deslumbrante actuación en el partido de ida.

En la que será su vuelta al Olímpico, después de firmar con el Liverpool este verano por 42 millones de euros, el egipcio, con 43 tantos esta campaña, puede continuar ampliando su racha en Europa y exhibirse para darle al LFC su séptima final de Copa de Europa.

Con el resultado de la ida y tras estar invictos en esta edición de la Champions, al Liverpool solo le dejaría fuera dos resultados cosechados fuera de casa esta temporada.

Además, el equipo inglés llega con la sacudida en su cuerpo técnico, tras la renuncia a sus funciones de Zeljko Buvac, asistente de Klopp, hasta el final de temporada. El “Cerebro”, como le apodan los aficionados por sus habilidades en la estrategia, no se sentará al lado de Klopp en los que resta de campaña por “motivos personales”, por lo que está por ver cómo afecta al Liverpool de cara a su partido más importante en Europa desde las semifinales de la 2007/2008 cuando cayeron ante el Chelsea.

El eslovaco Damir Skomina llevará a buen fin el encuentro.

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