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2, mayo 2018 - 23:00

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POR ALEJANDRO ALFARO

FOTOS: JORGE BARRERA Y RAMÓN ROMERO

El dueño y señor de Ciudad Universitaria tiene nombre: Club América.  Los azulcremas salieron a la cancha de Pumas con criticas y cuestionamientos encima propiciados por dudas en su funcionamiento y falta de gol, mismos que apagaron con cuatro tantos que de paso, los tienen con un pie en la semifinal.

Doblete de Ménez y un par de Uribe para apagar el fervor universitario que por momentos se convirtió en furia debido al trabajo del árbitro Luis Enrique Santander, quien otorgó dos penaltis muy dudosos para la causa azulcrema, además de otro para los felinos.

Las Águilas volaron alto en el Olímpico Universitario, alargaron su hegemonía en un inmueble que han hecho suyo desde hace cuatro años e hicieron gala de que si hay alguien que sabe jugar las Liguillas, son ellos.

EL JUEGO

Con las huestes listas para una batalla más entre auriazules y azulcremas, la  noche en Ciudad Universitaria pintaba para un gran encuentro, digno de los cuartos de final de una Liguilla y de un Clásico Capitalino.

Muy temprano, antes de que la gente terminara de acomodarse en las gradas, América dio el primer golpe, el cual tuvo un sabor todavía más grato por el factor del gol de visitante. Un centro de Renato Ibarra en pelota parada tuvo como destinatario a Mateus Uribe. El colombiano hizo un gran movimiento de desmarque y giró el cuello para conectar la de gajos y mandarla a guardar a segundo poste. La estirada de Saldivar resultó inútil y la visita festejó.

A la Universidad le costó trabajo reponerse de ese balde con agua fría que resultó el tanto en contra, pero de a poco tomó confianza para ir al frente y generar oportunidades de peligro. Castillo fue el primero en acariciar el empate. Nico se posicionó con ventaja dentro del área, pero Marchesín salió rápido al achique y complicó la definición del chileno, que logró eludir al argentino, pero quedó sin ángulo de tiro, por lo que la zaga amarilla pudo despejar.

Sin renunciar al ataque pese a la ventaja, los “Millonetas” pusieron a temblar el Olímpico cuando Renato Ibarra reventó el poste en un tiro libre. Ménez hizo lo propio con un potente remate en el área que se fue por encima. La visita tocaba la puerta.

La polémica no se quiso quedar afuera de la fiesta y los reflectores se dirigieron a Luis Enrique Santander. El nazareno señaló penalti en una jugada en la que el esférico le rebotó en la mano a Quintana tras haberle impactado en la pierna. Dudosa y rigorista marcación.

Al margen de eso, Jérémy Ménez tomó la bala blanca y con pasmosa calma, cobró pegado al poste. Nada que hacer para Saldivar y las Águilas volaban alto en terreno felino.

Con una zaga puma desorientada, la visita se regodeó con los espacios abiertos. Fue así como vendría el tercer gol y el doblete de Uribe. El cafetalero reapareció con el pie derecho e hizo valer un pase corto de Ménez al prender de primera el balón y dirigirlo lejos de donde el “Pollo” intentó manotear. Golazo que dejaba sin crédito a lo que veía a la parcialidad azul y oro.

Cuando parecía que Pumas no daba señales de vida, un banquito en el área americanista sobre Nicolás Castillo fue visto por Santander, quien no dudó en marcar la segunda pena máxima del juego, con todo y los reclamos de los de Coapa.

El propio Nicolás tomó la pelota y no la soltó. Quería meter en el juego a los suyos y así lo hizo al ejecutar con potencia y a un costado de “Marche”. La U se hacía presente en una eliminatoria que hasta ese momento les pintaba muy cuesta arriba.

Para el complemento, el silbante parecía que quería seguir con protagonismo en las acciones. Otra vez penal dudoso a favor de América. Oribe Peralta fue a pelearle la pelota al meta felino, quien tuvo como error no tomar el esférico en sus manos, por lo que perdió el control del mismo y al quererlo recuperar, el “Cepillo” fue derribado y se señaló penalti.

Ménez tomó de nueva cuenta la responsabilidad de cobrar, y a diferencia de su primer gol, esta vez engañó a Saldivar con un cobro potente y al centro. 1-4 y la goleada ya tenía forma.

Con el orgullo herido y mucha necesidad de encontrar goles que los regresaran a la pelea, los Pumas se fueron al abordaje. Ya daba lo mismo perder por tres o por cuatro de diferencia, era prioridad buscar de cualquier forma recortar distancias.

Mauro Formica entró para tratar de darle más explosión a la ofensiva, y aunque se encontraron con un par de opciones, no fueron capaces de concretar. La falta de contundencia también los castigó.

Ibargüen, ya en la cancha, estuvo cerca de alcanzar la manita con un tiro de media distancia que el cancerbero unamita mandó a tiro de esquina.

El partido agonizaba y no llegaba el rastro de vida de Pumas, incluso pudieron recibir un gol más de no ser por su arquero.

América dio un paso importante rumbo a la semifinal. Le resta terminar la obra el sábado en su casa ante una Universidad que apelará a una verdadera gesta heroica si es que quiere mantenerse en la pelea por el campeonato.

GOLES

 

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