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24, mayo 2018 - 8:55

┃ Alejandro Alfaro

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POR ALEJANDRO ALFARO

En una Liga en donde la palabra proyecto parece estar casi extinta, existen hombres que todavía apuestan por poner cimientos firmes a una estructura deportiva para que esta dé resultados sobre la marcha. En ese sentido, hay un directivo que ha dejado de manifiesto que el trabajo, la seriedad, la disciplina y la continuidad de los planes son claves para alcanzar los logros establecidos en una institución.

Se trata de Ricardo Peláez, recientemente nombrado director deportivo de Cruz Azul y anteriormente fue un exitoso presidente deportivo en un club con la exigencia y demanda de América, en donde logró cosechar dos títulos de Liga y dos de Concachampions.

Los contextos son diferentes. Las realidades en las que encontró los retos de Coapa y La Noria no son las mismas, aunque sí igual de urgentes, ya que mientras las Águilas habían tocado fondo al ser sotaneros generales y aproximarse a problemas porcentuales; mientras que los celestes tienen su conocida y pesada losa de 20 años sin ser campeones.

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En ambos contextos, Peláez comenzó con la toma de decisiones importantes desde su llegada. En Coapa echó atrás la decisión de que todo el plantel estuviera transferible y le dio un voto de confianza a elementos que más tarde le retribuirían con campeonatos su confianza. Además, no tardó en anunciar a Miguel Herrera como el entrenador elegido para comenzar su gestión.

Hoy, Ricardo optó por una decisión igual de importante: mantener el plantel que en su momento América tenía. Ahora detectó las necesidades de La Máquina para ser una escuadra competitiva y tan pronto lo presentaron, se puso a trabajar y consiguió fichajes de elementos de jerarquía en cada línea, como Pablo Aguilar, Iván Marcone, Elías Hernández, Igor Lichnovski y Milton Caraglio, además de apostar a una joven promesa como Roberto Alvarado.

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Las ilusiones en Cruz Azul se han renovado y se percibe un aire de optimismo que hacía tiempo no respiraba. En cuanto inicie el Apertura 2018 se verá si el armado de esta poderosa Máquina es suficiente para romper de una vez por todas con la malaria que desde 1997 se plantó en uno de los cuadros más importantes del país.

Un año y medio tardó Ricardo Peláez en hacer campeón a América. La misión será igualar o reducir ese margen para una institución que está urgida de saborear las mieles del triunfo.

LA PAREJA IDEAL

Cabe mencionar que en este nuevo armado de Cruz Azul, Ricardo Peláez ha encontrado en Pedro Caixinha no solamente a un gran entrenador, sino a un aliado con el que ha logrado congeniar de gran manera debido al apasionamiento que ambos tienen por el futbol y su trabajo.

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La intensidad con la que viven el día a día es algo que los vuelve afines, tema que no es menor para “Billy” Álvarez y Robin Álvarez, quienes han detectado la cohesión entre su director deportivo y su entrenador, por lo que se reúnen los cuatro con el personal jurídico de la institución para detallar el armado de la nueva plantilla y el cierre de las contrataciones de los futbolistas que tuvieron en agenda.

LA PACIENCIA, CLAVE

La magia no existe en el futbol. Todo requiere de trabajo y procesos bien encaminados para llegar al éxito. En ese sentido, la afición cementera deberá ser consciente de que existe la posibilidad de que el campeonato no llegue de manera inmediata, pero sin duda, con esta fórmula de trabajo, estarán más cerca de llegar a su anhelado objetivo, a comparación de lo que pasaron anteriormente.

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