POR CARLOS RAÚL MARTÍNEZ

Hay goles que parecen sacados de un guión de película, donde en el último segundo el héroe desactiva la bomba que terminará con todo a su paso. Así fue más o menos, futbolísticamente hablando, el que anotó Luis Hernández a Holanda, en la primera fase de la Copa del Mundo de Francia 98, pues cuando todo indicaba que México saldría derrotado, y en caso de combinarse con el resultado entre Bélgica y Corea del Sur, sería despedido de ese certamen en tierras galas, el “Matador” hizo uno de esos goles que levantaron a todo el país de su asiento para celebrar el empate en el tanteador 2-2.

Antes de esta anotación a los tulipanes, Luis Hernández ya había vacunado en dos ocasiones a los coreanos de sur, en la victoria de 3-1 que marcó el debut de México en el torneo en tierras galas, por lo que su olfato goleador estaba fino y marcó en el estadio Geoffroy-Guichard lo que podría etiquetarse, una de las anotaciones más importantes de su carrera.

Y lo anterior lo afirmamos por todo lo que encerraba este encuentro.

Después del triunfo ante los asiáticos en el debut, la escuadra mexicana empató 2-2 con Bélgica, por lo que necesitaba de un punto en el último partido frente a los holandeses para meterse a los octavos de final.

Hay un dicho populachero que dicta: “Nadie se muere dos veces de la misma cosa”. Pues en el conjunto nacional rompió esta regla, ya que los dirigidos por Manuel Lapuente no se conformaron con el golazo de Cuauhtémoc Blanco en el empate 2-2 frente a los belgas, y el cual ya dimos cuenta en estas páginas, sino que faltaba que hicieran otra gesta para completar el cuadro de honor en Francia 98.

Cuenta la leyenda, no, más bien la realidad, que el 25 de junio tocó a los Tricolores enfrentar a Holanda para definir posiciones en el Grupo E. Y como suele ocurrirle al equipo verde, antes de los 20 minutos de juego, los europeos ya le ganaban a los nuestros 2-0, con goles de Cocú (4’) y Ronald de Boer (18’), por lo que las esperanzas de acceder a los octavos peligraba si Bélgica lograba ganarle a Corea del Sur en el otro encuentro, que se jugaba de manera simultánea.

Tras la angustia que representó llegar a buena parte del complemento sin gol que acercara en el marcador, por fin Ricardo Peláez puso el 2-1 para los dirigidos por Manolo Lapuente, al minuto 75.

México necesitaba de otro gol para empatar el marcador y no depender de lo que hiciera o no Bélgica, por lo que los últimos minutos del encuentro se vivieron intensamente.

Fue así que ni a Alfred Hitchcock se le ocurriría un guión parecido a lo que ocurrió en los segundo finales del encuentro, pues en tiempo añadido, al 90 +4, un pase largo llegó hasta los linderos del área de Van der Sar y tras atacar mal el balón al central de los tulipanes, Jaap Stam, Luis Hernández aprovechó el descuido y alcanzó a barrer y puntear el balón, aún cuando arriesgó el físico por la salida del arquero Van del Sar y así decretar el empate 2-2, que bien dio cuenta Hugo Sánchez Márquez en la transmisión: “México ya no depende de nadie ni de Bélgica ni Corea del Sur, está en octavos, gracias a este gol de Luis Hernández”.