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Mira

2, junio 2018 - 21:01

┃ Fernando Villa

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La fiesta en el Estadio Azteca fue para todos. Pese a la derrota, los aficionados de la Selección de Escocia hicieron del Coloso de Santa Úrsula una sucursal del Hampden Park, casa del Ejército de Tartán en Glasgow.

El calor de Ciudad de México no importó y desde muy temprano arribaron al recinto para ver a su Selección.
Fieles a su estilo, el consumo de cerveza no faltó. Disfrazados con sombreros que hacen alusión al monstruo del Lago Ness. El “kilt” no pudo faltar. La mayoría de los hombres portaron la falda típica de su país y fue al ritmo de las gaitas cuando se pusieron más festivos.

Los aficionados más veteranos confiaron en que regresarán a un Mundial, pues no acuden a uno desde Francia 1998. Incluso, sus tatuajes muestran su amor por su patria. Con el lema “Alba Gu Bràth”, que significa Escocia para siempre, apreciaron el Estadio Azteca, el más bello para algunos de ellos.

El momento cumbre fue el minuto 51. Su desprecio deportivo hacia Inglaterra es enorme, y lo dejaron claro cuando aplaudieron y cantaron el nombre de Diego Armando Maradona. Se remontaron a 1986, cuando Diego le hizo el gol de “la mano de Dios” a los ingleses en el Mundial.

La cerveza corrió y la música de las gaitas siguió. Primero fueron a Perú y llegaron a México para darle más folklore a la casa de la Selección Mexicana. En un abrir y cerrar de ojos, la fiesta del Azteca quedará en sus memorias.

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