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9, junio 2018 - 14:30

┃ Luis García Olivo

tricolor

POR LUIS GARCÍA OLIVO

FOTOS: JORGE BARRERA

ENVIADOS ESPECIALES

Copenhague.-Peor no pudo terminar la semana para la Selección Mexicana, la derrota frente a Dinamarca fue la gota que derramó el vaso. Un contundente 2-0 desnudó las carencias del Tricolor de Juan Carlos Osorio y su equipo que no jugó  a nada y menos contó con  el estimulo de reacción para intentar despertar en tierra vikinga.

El tiempo se agota para debutar en la Copa del Mundo y Alemania se mira de cerca cuando temas extracancha, lesionados, concesiones y cortados han sido la prioridad y no verdaderamente la preparación  futbolística.

México careció de ideas y de nivel, no estuvo a la altura del futbol europeo. Errores puntuales en marcación, defensa, mediocampo y contundencia, le dieron el traste al duelo de preparación. Hoy no apareció nadie para enmendar la actuación, no hubo generación de peligro y menos inteligencia para lo que viene. El Tricolor está a años luz de ilusionar en el Mundial, Alemania ya espera en Moscú.

EL JUEGO

Los regresos de Moreno y Guardado auguraban un buen duelo frente a los daneses, pues garantizaban elaboración a partir del mediocampo y seguridad en la zona defensiva. Sin embargo ocurrió todo lo contrario en gran parte del encuentro.

Basados en el 4-3-3, Osorio no le dio al clavo respecto al equilibrio, sufrió en la parte baja que los daneses desaprovecharon en varias ocasiones, pero para el beneficio azteca, fue la falta de su certeza a la hora de rematar o aniquilar al propio Guillermo Ochoa.

Si bien Moreno está de regreso, en su zona se le vio lento, perdió balones y no era tan seguro a la hora de las salidas. Grandes espacios eran el festín que aprovechó el rival vikingo.

Así que por poco la cabaña de Ochoa era sorprendida por el número 9, Nicolai Jorgensen, quien hasta lo sacó de la meta, pero el azteca ganó el frente al frente. Todo esto bajo una zona baja muy floja.

El mediocampo no se quedó atrás. Sin ideas y desprotegidos es como buscaron frenar a los daneses que lucieron cómodos. Herrera quería ser el verdadero orquestador, pero en su intento de ir,  tenía que remar contracorriente y también a defender. Jona y Guardado tampoco estaban en su mejor faceta y poco  o nada podían hacer.

En el ataque, “Tecate” era uno de los más alegres, corría, driblaba y hacia más que el intento, pero ni Gío u Oribe lo emulaban.

Dinamarca no fue tan peligroso, pero sí lució cómodo. Las contadas ocasiones de México eran generadas por los propios errores vikingos y uno que otro tiro lejano de “HH”. El Tricolor no la pasó nada bien en el primer tiempo. Aunque  lo peor llegó en el complemento.

Con tanto cambio debido a ser duelo de preparación, se confirmó la “semanita” para la Selección. Entre lesionados, cortados y “enfiestados”, Dinamarca ahora sí los desnudó. El equipo del viejo continente se cansó de perdonar, estudió y fue en busca del resultado.

Osorio realizó varios cambios que modificaron su idea. Rafa, Edson, Fabián, Lozano, Layún y hasta Oribe pasaron lista de asistencia en busca de llevarse el triunfo.

No obstante, Dinamarca se vio mejor en su terreo de juego. México siguió con los grandes huecos a mitad de cancha y en sector defensivo, los rojos entraron una y otra vez sin pedir permiso. Analista, Osorio sabía que se le venía la noche, el rival creció, era más peligroso, tenía la pelota y el dominio de la cancha, y los nuestros ya ni llegaban.

El panorama estaba presupuestado para lo peor, una derrota estrepitosa de cara al debut mundialista en donde otras han sido las prioridades y no tanto el aspecto futbolístico, ya que lesionados, cortados, enfiestados y concesiones han sido la prioridad en la tripulación azteca.

Y sin decir “agua va”, Dinamarca hizo lo suyo, fue en busca de la victoria y de consentir a su increíble afición con tremendos golazos. Éstos se dieron por medio de los pies de Poulsen y Eriksen, quienes aprovecharon el amplio descuido de Jesús Gallardo por sector izquierdo.

El defensor de los Pumas no pudo hacer nada para controlar los dos embates, el primero en un gran pincelazo que puso a volar a Ochoa que ni con estirada logró atajar y el segundo en jugada elaborada.

Tras los goles a falta de quince minutos, México no mostró hambre, menos estímulo de reacción, Layún mordía la banda derecha, Rafa quería imponer su experiencia y “Chicharito” abusó de individualismo, el Tricolor ya no tenía nada que hacer y sí llegaba el tiempo de reflexión y análisis, pues de jugar así ni las manos meterán frente a Alemania en el debut mundialista de la próxima semana.

Casos extracancha, concesiones, lesionados y cortados han sido la prioridad y no lo oportuno para arrancar una nueva Copa del Mundo en donde se quiere hacer historia, así menos llegará.

 

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