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9, junio 2018 - 8:00

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Cleveland, Ohio.- No hay dudas, los Warriors de Golden State son la nueva dinastía de la NBA.

El campeón reinante defendió su trono dentro de la mejor liga de baloncesto en el mundo y selló con broche de oro las Finales al vencer, 108-85, a los Cavaliers de Cleveland, con lo que barrieron la serie con un contundente 4-0.

Fue su tercer título en los últimos cuatro años, con todo y LeBron James enfrente. Además, la franquicia consiguió el sexto campeonato de su historia y desde ya se perfilan como los máximos candidatos a revalidar su cetro en el 2019.

Los pupilos de Steve Kerr son un equipo de época, marcando una nueva dinastía en la NBA que no se veía desde los Lakers de comienzos del siglo XXI.

EL JUEGO

Parecía misión imposible y así terminó siendo. Por más que el Oracle Arena se metió a favor de su equipo y los animaron a lo largo de los 48 minutos de acción, los campeones del Oeste son mucho equipo para el resto de la liga.

Los locales no tenían margen de error y jugaron con esa presión. Nerviosos ante el poderío ofensivo de su rival, Cleveland se mantuvo en carrera durante el arranque, pese a verse en desventaja de doble dígito en el segundo episodio. Lo triples de Stephen Curry, las penetraciones de Kevin Durant y las bandejas de JaVale McGee empezaron a marcar la diferencia.

Así Golden State tomó la delantera de 34-25 tras los primeros 12 minutos. Por más que LeBron James y compañía intentaban meterse en la contienda, les fue imposible, al igual que los tres partidos previos, aguantar el ritmo de su oponente.

Steve Kerr mantuvo la misma táctica que los puso al borde de su bicampeonato. Un ataque con constantes movimientos en el perímetro y en la pintura aprovechaban las falsas pantallas que proponían sus hombres altos. Además cuentan con un banquillo que responde cada vez que los necesitan. Ya sea Shaun Livingston, Andre Iguodala o Nick Young.

Al descanso se fueron con ventaja de nueve, pero las sensaciones eran mucho más abultadas. Jamás estuvo en riesgo la barrida. “Durantula” se transformó en su mejor versión, la que se acerca al aro, lanza de media distancia y convierte una y otra vez. No hay defensas ante ese #35, ni LeBron ni nadie puede ante el ex jugador de Oklahoma. Tampoco las hay para el Curry fuera de la línea de tres.

Así se agotaron los últimos 24 minutos de la temporada 2017-18. De la misma forma que hace un año, con un equipo viendo al resto de la liga muy por encima del hombro. Las caras en Cleveland eran largas, de frustración, de ver a su oponente pasándoles por encima sin poder meter las manos, en lo que muy probablemente fue el último partido del “Rey” en la franquicia. James terminó con 23 puntos, ocho rebotes y siete asistencias.

Por los Warriors, Curry fue el máximo anotador con 37 unidades, escoltado por Durant con un “triple-doble” de 20 tantos, 12 tableros y diez asistencias.

El campeón está más vivo que nunca y la NBA ya conoce a su nueva dinastía.