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10, junio 2018 - 20:19

┃ José Luis Camarillo

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POR JOSÉ LUIS CAMARILLO

ENVIADO ESPECIAL

Canastota, Nueva York.- Érik Morales vivió un día inolvidable. En uno de los dedos de su mano derecha ya luce el anillo del Salón de la Fama del Boxeo Internacional, una joya de incalculable valor estimativo que resume una trayectoria que muy pocos boxeadores en el mundo han logrado y que incluye cuatro cinturones del WBC en distintas divisiones.

La ceremonia de inducción comenzó cerca de las tres de la tarde del domingo en los terrenos del Museo de la Fama de Canastota e incluyó a otros entronizados, como el ucraniano Vitali Klitschko y el estadounidense Winky Wright, ex monarcas del mundo del Consejo Mundial de Boxeo de peso completo y superwelter, respectivamente.

El héroe tijuanense, hijo y hechura boxística de José “Olivaritos” Morales, un ex peleador de origen guanajuatense que se instaló definitivamente en Tijuana desde su juventud, dejó una marca de 52 triunfos, 36 por nocaut, y nueve derrotas.

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El púgil fronterizo tuvo una breve, pero emotiva intervención al micrófono, ante la presencia del campeón de peso pesado del WBC, Deontay Wilder; el monarca superwelter Jarrett Hurd y ex soberanos universales como Marco Antonio Barrera, Mike Tyson, Marvin Hagler, Tommy Hearns, León y Michael Spinks, James Toney, Antonio Tarver, Robert Guerrero, Jessie Vargas, Mike McCallum y Christy Martin.

Otros testigos fueron el ex contendiente por el título completo Gerry Cooney, el legendario promotor Don King, el empresario Tom Loeffler y reconocidos oficiales de ring como Tony Weeks, Kenny Bayless y Mando Cáiz padre e hijo.

Érik Isaac Morales Elvira, a quien todos conocemos como el “Terrible”, arribó a media semana a la sede del Salón de la Fama instalado en esta pequeña población rural del estado de Nueva York de aproximadamente cinco mil habitantes.

Este domingo, Morales recibió su anillo de nuevo huésped del más prestigioso Pabellón de Inmortales y lo también junto a otros inmortalizados al alimón como los comentaristas Steve Albert y Jim Gray.

Lorraine Chargin, esposa del promotor Don Chargin, fue entronizada de manera póstuma.

SU MAMÁ LO APROBÓ

En su breve alocución, Érik evocó que su padre le enseñó boxeo y sostuvo su primera pelea a los seis años de edad, pero fue su mamá, Isabel Elvira, la que autorizó que fuese boxeador. Agradeció a Fernando Beltrán, a Top Rank y Golden Boy Promotions por impulsar su carrera, aunque hizo especial énfasis en el apoyo decisivo por parte de don José Sulaimán. Dedicó este momento especial a su familia, y mencionó a sus hijos Érik júnior y Nicolás, aquí presentes, y a su esposa Andrea Mora.

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