POR extrañas razones que nosotros ignoramos, en el futbol mexicano pueden ocurrir un sinnúmero de maniobras para determinar a los últimos aspirantes al título del Apertura 2014, que suelen tener las mismas o más posibilidades de éxito que los cinco equipos ya clasificados a la llamada Fiesta Grande del balompié nacional.

Conjuntos que han sido muchas veces criticados a lo largo del certamen, como el bicampeón León, los Tuzos del Pachuca o incluso el Santos Laguna, parecen dominar su destino siempre que ganen sus respectivos compromisos de la última fecha de la temporada regular. Aunque delante de ellos están los Jaguares de Chiapas, a quienes les basta con empatar el próximo sábado en Tuxtla Gutiérrez, para garantizar el pase directo a la Liguilla. Aún si pierde podría quedar clasificado, a menos que esmeraldas, hidalguenses y laguneros ganen e incluso los de la Comarca lo hagan por una buena suma de goles, para superar la diferencia de goles que respalda al equipo chiapaneco.

El punto es que todos estos planteles han sido víctimas de la irregularidad, y aún así, en esta pachanga futbolera, pueden aspirar a lo máximo, que es la corona de la Liga MX. El ejemplo más claro es el León, que curiosamente en el semestre pasado concretó el bicampeonato de la misma forma, al ingresar de “panzazo” en la última jornada, lo que le sirvió de motivación para realizar una gran Liguilla frente a los adversarios más sólidos y así sorprender a todo mundo. En esta ocasión, La Fiera ha fortalecido sus aspiraciones como posible tricampeón, tras cerrar en gran forma después de registrar una temporada mediocre, en la que se hablaba –una vez más– de la salida de Gustavo Matosas.

Más sólido se le veía al Pachuca y de pronto ha venido a menos, al extremo de que los pupilos del “Ojitos” Meza han complicado su estadía en las últimas semanas. Y no se diga el Santos Laguna, que parecía fuera y de pronto se adjudicó el trofeo de Copa MX y ahora es serio aspirante, mediante una combinación de resultados, siempre y cuando supere –en calidad de visitante– al Puebla.

Mas ellos no son los únicos aspirantes a lo máximo. Por increíble que parezca, hasta los Pumas, que no han conseguido ganar de locales en todo el torneo e incluso acumulan ya una racha negativa de siete meses en el estadio Olímpico Universitario, si el domingo sorprenden al Monterrey –ya clasificado–, en CU, romperían la crisis en su estadio y de rebote podrían clasificar, siempre que al menos dos de sus oponentes cercanos, León, Tuzos o Guerreros, no consigan ganar sus respectivos compromisos.

Con mayor dificultad aparece, entre estos aspirantes, el Cruz Azul, superlíder del certamen pasado y ahora muy cerca de otro fracaso. El tema es que si superan a los Leones Negros, podrían meterse si se da una jornada de empates y decepciones entre los equipos que lo superan en la tabla.

Sí, toda una suerte de combinaciones extrañas, pero que en el futbol mexicano permiten resucitar a quienes destinados al fracaso. Algo ilusorio, mientras las matemáticas lo permitan.