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Mira

19, junio 2018 - 7:00

┃ AFP

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Foto: AFP

Moscú, Rusia.- Serán los últimos en debutar en el Mundial de Rusia, pero no por ello su ilusión está por detrás de la del resto: Polonia y el Senegal cerrarán hoy la primera jornada de la fase de grupos del Mundial de Rusia 2018.

Será dentro del Grupo H, en el que Colombia y Japón levantarán el telón poco antes, conscientes de que cualquier tropiezo puede ser fatal.

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Si Polonia quiere hacer algo importante en esta Copa del Mundo necesita, sin duda, de un Robert Lewandowski inspirado.

El delantero del Bayern de Múnich se proclamó máximo goleador de la Liga alemana por tercera ocasión; esta vez con 29 tantos; mientras que en toda la temporada firmó 41.

Lewandowski admitió que la Eurocopa de Francia 2016, en la que únicamente anotó una vez y su equipo cayó en cuartos de final, es una espina clavada que ahora intentará sacarse. Por el momento cree que llega a este Mundial con otra mentalidad más positiva.

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“Estoy seguro de que ahora entrenaré mejor, que estaré fresco y dinámico en el momento adecuado. Comencé a prepararme para el Mundial mucho antes”, aseguró.

Polonia llega al Mundial avalada, además, por su octavo puesto en la clasificación mundial de la FIFA. El techo histórico está alto, con los terceros lugares en los Mundiales de Alemania 1974 y España 1982, un podio que la generación actual sueña con alcanzar, aunque sabe de la enorme dificultad.

Por el momento las noticias han siendo buenas y en los días previos al debut recibió la confirmación de que el defensor Kamil Glik podrá estar en el torneo tras su recuperación de una lesión en el hombro, aunque no jugará contra los senegaleses.

Frente a los polacos hoy estará Senegal, que también tiene una clarísima estrella de la que depende casi todo, Sadio Mané, quien con el Liverpool anotó 10 goles en la Champions League, incluido uno en la final que perdió ante el Real Madrid.

“Creo que Sadio será una de las estrellas del torneo”, afirmó el ex jugador senegalés El Hadji Diouf, quien estuvo en la mítica edición del Mundial en Corea-Japón 2002, la anterior disputada por el equipo africano, que alcanzó entonces los cuartos de final ante la sorpresa general.

Aquel Senegal de 2002 es el equipo africano que más lejos ha llegado en un Mundial, igualado con el Camerún de 1990 y la Ghana de 2010. Nunca ha habido una Selección Africana en semifinales de la competición, aunque pensar en esa meta está todavía muy lejos.

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