Rostov.- Parece que gran parte de México se vació.

Y es que cerca de 43 mil aficionados mexicanos llenaron gran parte de la Arena Rostov para ver el duelo entre México y Corea en el segundo juego de la fase de grupos.

Con el anafre en mano, el perico, el  tequila y mezcal, México tomó esta gran ciudad al sur de Rusia, eso sin contar con los muchos seguidores que se quedaron en Moscú y unos más que van de avanzada a la siguiente sede, Ekaterimburgo.

La ola verde nuevamente fue local, “y ya lo ven, y ya lo ven, somos locales otra vez” sonó previo y durante el encuentro mundialista.

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Adelitas, charros, mariachis, cantinflas, chapulines, revolucionarios y todo el folclor nacional llegó hasta estas tierras rusas, que fueron la gran admiración del pueblo anfitrión. La buena vibra se vivió en todas partes a horas previas de la gran cita.

Calles, avenidas y hasta puentes fueron tomados una parvada mexicana, una mancha verde que pintó todo por lo que transitó.

Una enorme caravana de paisanos de todas partes de la República se reunió en el hotel del Tricolor y de ahí partió rumbo a su segunda casa, la Arena Rostov.

La Arena los recibió con los brazos abiertos, un gran ambiente tras el triunfo sobre Alemania los tiene completamente enamorados con el Tricolor a quien le cantan el atesorado Cielito Lindo. (Luis García Olivo/ Foto: Jorge Barrera)