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Mira

28, junio 2018 - 10:16

┃ EFE

Keylor

No hubo ‘Pura vida’ en Rusia 2018, la expresión que Costa Rica paseó con éxito hasta los cuartos de final de Brasil 2014 no hizo fortuna en este Mundial, decepcionante para los ‘ticos’ por no alcanzar la fase eliminatoria, aunque cerrado de forma honrosa con el empate ante Suiza.

La derrota contra Serbia por 0-1 en el primer partido marcó el torneo para el combinado costarricense, que falló en el partido clave, rozó la proeza de aguantar el empate ante Brasil con la que cayó 2-0 con dos goles en el descuento y cerró su participación en Rusia, ya sin opciones, con un 2-2 honroso ante Suiza.

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El ‘Pura Vida’ que Costa Rica paseó por Brasil 2014 superando el ‘grupo de la muerte’ con tres campeonas mundiales (Uruguay, Inglaterra e Italia) y llegando a los cuartos de final para ser eliminada en los penaltis por Holanda y sin haber perdido un solo partido, no apareció en Rusia 2018.

La receta de la seguridad defensiva, de gran éxito hace cuatro años de la mano del colombiano Jorge Luis Pinto, replicada por Óscar ‘Macho’ Ramírez con notable resultado durante las eliminatorias de clasificación al Mundial en la Concacaf, en las que Costa Rica fue segundo tras México, no fue suficiente.

No alcanzó porque le faltó el complemento ofensivo que hiciera buena la solidez. Se vio claro ante Serbia, que hizo el espejo a Costa Rica: buscó el tanto en la primera mitad, lo encontró en un magistral saque de falta de Aleksandar Kolarov en el inicio de la segunda, y se atrincheró hasta el final del duelo.

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Poco o nada de peligro supo generar la selección ‘tica’ en el partido más importante del grupo, el que todos los miembros de la ‘Sele’ tenían marcado en rojo. El rival al que más habían estudiado, reconocieron algunos de los jugadores.

Costa Rica salió en Rusia 2018 con Marco Ureña como ‘llanero solitario’ de la delantera y Johan Venegas, fuertemente criticado en el país centroamericano, como mejor apoyo como extremo derecho. Ninguno de ellos vio puerta.

Tampoco Joel Campbell, muy lejos del fantástico nivel que exhibió en 2014, ofreció opciones cuando saltó al césped, ni los veteranos Christian Bolaños o Daniel Colindres. Esa falta de opciones o de acierto condenaron el primer partido de Costa Rica y, por ende, sus opciones de clasificar, empeoradas por el inesperado empate 1-1 de Suiza contra Brasil, fundamental para la clasificación helvética.

Ante la ‘Canarinha’ en el segundo partido, tocaba la proeza: ganar o empatar para seguir vivos y lograr un resultado histórico, ya que en los dos duelos mundialistas anteriores cayeron. Se logró por 91 minutos. Pero el partido llegó hasta el 97, tiempo en el que Brasil anotó los goles de Phillipe Coutinho y Neymar.

Con todas las opciones perdidas, Costa Rica sacó la cara para despedirse con honra ante Suiza en Nizhny Novgorod, con un gran arranque de los de Óscar Ramírez, que tuvieron oportunidades de todo tipo, las más claras protagonizadas por Celso Borges, con un remate de cabeza que desviaron entre el portero helvético Yann Sommer y el palo; y de Daniel Colindres, que también se encontró con la madera.

Aún recibiendo el mazazo del primer tanto suizo de Blerim Dzemaili, en un desorden defensivo que le permitió fusilar dentro del área a Keylor Navas, la ‘Sele’ supo levantarse y empatar con un tanto de cabeza de Kendall Waston, el central que el seleccionador Óscar Ramírez meditó usar contra Serbia y finalmente debutó ayer.

Lo volvieron a hacer los ‘ticos’ tras el 2-1 de Josip Drmic con un penalti provocado por Joel Campbell y transformado por el capitán Bryan Ruiz, no sin fortuna porque el balón salió repelido por el larguero y rebotó en la espalda del arquero helvético para introducirse en su portería.

Un tanto que podría ser un epitafio en la carrera mundialista del ‘capi’, que cumplirá en agosto 33 años y al que Catar 2022 le llegará con 36, edad que presume un cambio generacional en la selección costarricense.

No obstante, a ese partido se llegó con una atmósfera muy complicada que trascendió lo futbolístico, con los ataques y amenazas en redes sociales al seleccionador Óscar Ramírez.

Ataques que se produjeron durante toda la concentración en San Petersburgo, al técnico, a la idea de juego, y a la integridad el grupo, con anónimos digitales que relataban un conjunto dividido aprovechando anécdotas como una discusión en un rondo, y que hicieron hablar ante la prensa al capitán y el presidente de la Federación Costarricense de Fútbol. Demasiados problemas externos.

Rusia 2018 dejará para Costa Rica un sabor decepcionante, un final honroso y muchas dudas en el aire: la continuidad del entrenador y el replanteamiento del estilo de juego, la renovación generacional -12 de 23 estuvieron en Brasil 2014 y siete superan los 30 años- y la búsqueda de nuevos líderes para que el ‘Pura vida’ siga sonando fuerte en las eliminatorias para Catar 2022.