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Mira

22, noviembre 2014 - 8:46

┃ María Vega

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POR ALEJANDRO A. GALICIA

NO fue una noche como todas en el Teatro Metropólitan.
Aquellos que han vivido la experiencia de un concierto de Los Amigos Invisibles saben que quedarse sentado es prácticamente imposible. Anoche, con el anuncio del primer show acústico en la historia de la banda venezolana, parecía pactada una noche tranquila. Pero cuando los “panas” toman el escenario, así sea sin guitarras eléctricas, el foro es una pista de baile.
La apuesta arriesgada de presentar nuevas versiones de las canciones de 25 años de trayectoria no asustó al ahora cuarteto que forman Julio en la voz, Mauricio en percusiones, Manuel en la batería y “Catire” en el bajo.
Los fans empezaron en su asiento el show y aguantaron así sólo la primera canción: “Dulce”. Para la segunda, uno de los clásicos: “Sexy”, todo era baile, la gente estaba de pie sin excepción y apenas se podía escuchar a la banda cuando se gritaba el coro.
La sorpresa de la velada llegó con “Corazón tatú”, que cantaron junto a Gil Cerezo, vocalista de la banda mexicana Kinky, que precisamente acaba de lanzar un disco acústico. Siguieron en la noche: “Viviré para ti” y “Cuchi-Cuchi”.
Julio, voz de la banda, presentó así: “La que sigue no la conocen, pero igual es buena”, llegó “Mentiras”, la canción que ha hecho a Los Amigos Invisibles llegar a lo más alto y darle la vuelta al mundo. Sonó como nunca, fue uno de los momentos emotivos de la presentación.
Vinieron “La que me gusta”, “Si estuvieras aquí”, “Óyeme Nena”, “Esto es lo que hay”, “Mostro” y “El disco”. Una de las virtudes de esta banda sudamericana es la mezcla de ritmos y lo dejaron en claro yendo de la salsa al funk, pasando por el rock y la cumbia sin que se sintiera el cambio.
El Metropólitan ya era una pista de baile, todos en pareja cubrían los pasillos del foro, algo fuera de la normal. La fiesta de los venezolanos era total. Lásers y una bola disco servían de escenario perfecto para que sonaran: “En Cuatro” y “Playa Azul”, que acompañaron con bailarinas.
De pronto, rumbo al ocaso del concierto, el set acústico había quedado de lado y Los Amigos Invisibles volvieron a su forma originalM batería, sintetizador, bajo y guitarra eléctrica habían hecho tardío arribo a la fiesta pero fueron bienvenidos. Así tocaron “Qué rico”, “Amor”, “Yo no sé”, “All day today”, “Stay” y la imprescindible: “Vecina”.
Para despedir, los venezolanos presentaron: “Ultrafunk”, “Plastic Woman”, “Sex appeal” y dieron por clausurada su celebración a ritmo de merengue: “El baile del sobón”.
Fue una de las noches más especiales de esta banda que no deja de innovar. Nadie se quedó sin cantar, bailar, sudar y saltar.
Y es que bien dicen que para buenas fiestas… ¡las de Los Amigos Invisibles!

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