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2, julio 2018 - 8:00

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Collage sin título

Foto: Reuters

Rostov.- El orden y el entusiasmo de Japón es el nuevo desafío de Bélgica, el equipo más goleador de la competición que sustenta la madurez de una de las mejores generaciones de su historia, en busca de un éxito sonoro en una gran competición.

El conjunto que dirige el español Roberto Martínez aspira a dejar de lado el desengaño que le ha acompañado en sus actuaciones recientes. El plantel belga presume de una envidiable camada de futbolistas que reparten su calidad por los clubes más reputados del Viejo Continente.

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Las oportunidades se reducen para esta prole de jugadores, que se aferran a Rusia 2018 como su gran ocasión. Llega a las eliminatorias alentada por su impecable papel en la fase de grupos, donde ganó todo, con Romelu Lukaku como una de las grandes revelaciones de su ataque.

No reservará nada Bélgica, con nombres con pinta de estrella como Kevin De Bruyne, Eden Hazard, Dries Mertens o Romelu Lukaku. Axel Witsel pone el equilibrio en un conjunto netamente ofensivo. La presencia del ariete del Manchester United será la principal novedad del conjunto de Roberto Martínez. Lukaku se lesionó en el segundo partido, contra Túnez. Fue reservado contra Inglaterra. Pero ya está en condiciones para afrontar el desafío de Japón.

Japón apela a la motivación. A la cita con la historia y a la disciplina de sus hombres. Clasificado gracias a sus pocos jugadores amonestados por el criterio del juego limpio, puesto en cuestión por la actitud del equipo nipón contra Polonia, ante el que firmó una derrota mínima, se aferra a los intangibles.

El preparador Akira Nishino aboga por el espíritu, la concentración, la intensidad o el entusiasmo. También a la historia. Los samuráis azules pueden alargar su leyenda en un Mundial. Nunca han atravesado los octavos de final que solo habían logrado en dos ocasiones antes. En Corea y Japón 2002, como anfitrión, y el Sudáfrica 2010. Pero jamás entraron en cuartos. Esta vez, los Diablos Rojos parten como favoritos, pero Japón sueña con dar otro batacazo en el Mundial de las sorpresas futbolísticas.