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3, julio 2018 - 9:35

┃ AFP

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Un partido de baloncesto entre Filipinas y Australia, valedero para la fase clasificatoria del Mundial-2019, degeneró en una multitudinaria pelea, el lunes en Manila, que deparó la interrupción del encuentro así como una serie de disculpas este martes por parte de los implicados.

“Nuestros jugadores y entrenadores temieron realmente por su seguridad. Dudaban si podrían salir sanos y salvos. Permanecieron mucho tiempo sobre el parqué, porque era el lugar más seguro”, confesó el presidente de la Federación Australiana Anthony Moore.

Jugadores perseguidos sobre la cancha de juego y fuera de ella, intercambio de puñetazos y patadas, una silla volando, árbitros desbordados: el Manila Arena se convirtió en un cuadrilátero de boxeo durante el tercer cuarto del partido.

Los árbitros pudieron finalmente recuperar la normalidad después de la expulsión de 13 jugadores, nueve filipinos y cuatro australianos. El partido no se reanudó y Australia fue declarada ganadora (89-53).

Moore presentó asimismo sus excusas y su “profundo pesar” por lo ocurrido: “Estamos muy decepcionados (…). No es el espíritu del deporte y tampoco el del baloncesto tal como nosotros lo entendemos. Presentamos nuestras disculpas a los aficionados y asumiremos las sanciones”.

Un codazo del filipino Roger Pogoy sobre el australiano Chris Goulding fue el desencadenante de la pelea.

Poco después, los integrantes de la selección filipina posaron al completo en un selfie.

La federación filipina presentó sus disculpas el martes a los aficionados del país “y a la comunidad del baloncesto”, pero no mencionó a Australia. “Como anfitriones, lamentamos haber infringido las reglas tradicionales de la hospitalidad filipina”, escribió en un comunicado.

“No hay excusa por la forma en que respondimos”, lamentó este martes en tuiter uno de los filipinos expulsados, Japeth Aguilar.