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Hola tarjetas, adiós penaltis

La mayoría de los jugadores y los árbitros que participan en los campeonatos mundiales de futbol hablan inglés. Pero hace unos sesenta años no era así. ¿Cómo se hacían entender? Básicamente con lenguaje corporal, lo que se prestaba a confusas interpretaciones.

Al árbitro inglés Ken Aston le tocó vivir en carne propia esta complicada situación durante el partido Chile-Italia en la Copa del Mundo de 1962 y quedó frustrado. Para el siguiente Mundial, de Inglaterra 1966, él ya estaba retirado pero, como miembro de la Comisión de Arbitraje, tuvo que bajar al campo durante el partido Inglaterra-Argentina para mediar, dado que el árbitro alemán Kreitlein y el jugador argentino Rattin no se entendían.

¿Cómo solucionar el problema? Compartió su inquietud con su esposa Hilda. A ella se le ocurrió que usaran dos cartulinas; una amarilla y otra roja, de un tamaño que se pudiera llevar en el bolsillo.

Astonlo propuso a las autoridades futbolísticas y se empezaron a usaren el Mundial de México 1970. Durante el partido inaugural, México-URSS, una entrada dura contra el mexicano Mario Velarde le valió al soviético Asatianiver la primera tarjeta amarilla. La primera roja en un Mundial salió a relucir en 1974, en Alemania Occidental.

A lo largo de su vida profesional, Aston hizo otras sugerencias importantes, como el pizarrón para indicar los cambios de jugadores, reglamentar la presión de los balones y tener árbitros sustitutos. Estas tres fueron aceptadas.

Sin embargo, una que cayó en oídos sordos fue que durante un campeonato, a partir de octavos de final, cuando los equipos siguieran empatados después de los tiempos extras, en lugar de decidir al ganador mediante penaltis, se hiciera considerando qué equipo tenía menos tiros libres y menos tarjetas amarillas y rojas. ¿No le parece una opción más justa?¿Será momento de volver a proponer esta idea?

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