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Fracaso y fracaso se han apilado en la gran historia futbolística de Brasil en los últimos Mundiales.

Un nuevo traspié se numera dentro de sus grandes jugadores y aficionados, pues Rusia 2018 no fue un escaparate para tirar a la basura sus malas ediciones y representaciones como lo fue precisamente hace cuatro años.

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Y es que desde Corea-Japón 2002 no llegan a una final, en aquella edición no solamente arribaron sino se proclamaron campeones del mundo con una generación que era liderada por Ronaldo.

Aquel Mundial fue la apoteósica consagración de Brasil como rey del balompié. Todos los ojos miraban el “jogo bonito” que irradiaba cada uno de sus futbolistas, cada gol era un deleite porque transmitía cómo fluía la diversión por sus venas; su sonrisa al conducir la pelota enmarcaba un romance, el cual, solamente los recién enamorados podían entender.

Brasil alcanzó el título de “Pentacampeón” tras vencer a los Teutones en el Estadio Internacional de Yokohama. Se decía que el futbol era un juego de 11 contra 11 en el que Alemania siempre ganaba; el 30 de junio un doblete de Ronaldo Nazário al 67 y al 79 dejaba claro que este deporte les pertenecía. Ni Oliver Kahn, Metzelder, Schneider, Ballack o Klose pudieron ante la fantástica samba que Rivaldo, Roberto Carlos, Cafú y Ronaldinho protagonizaban.

Después de ello, se han quedado en el camino. Con Rusia 2018, fueron eliminados dos ocasiones en la ronda de cuartos de final y una en semifinales.

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En Alemania 2006, Brasil se topó en cuartos de final ante una Francia furibunda que no se achicó frente a la Selección que protagonizaban Ronaldinho y Kaká. Bastó solo un descuido de la defensa para que Zinedine Zidane y Thierry Henry aprovecharan la valiosa oportunidad de destronar al monarca del futbol en Frankfurt. Aquel primero de julio se sabía que los creadores del “Joga Bonito” estaban obligados a un cambio generacional.

Cuatro años después renacían las esperanzas de ver a Brasil gozar y hacernos disfrutar de su futbol que lo sitúa siempre entre las 10 mejores selecciones del Ranking FIFA. Sin embargo no fue así; el “Scratch du Ouro” generaba confusión en cada partido y no terminaba por enamorar a sus aficionados. La cuenta la pagó caro en cuartos de final ante Holanda. La “Naranja Mecánica” derrotó con el doblete de Wesley Sneijder a un equipo que, a diferencia del 2006, no metió ni las manos por encontrar el empate.

Los rumores que advertían el fin del futbol brasileño tomaban fuerza, el recuerdo de 1994 y 2002 rondaban en la nostalgia de los aficionados, no se veían argumentos para encarar el próximo Mundial como se deseaba, mucho menos cuando España se coronaba primera vez campeón mundial y transitaba el “Joga Bonito” al “Tiki Taka”.

Pero la Confederaciones 2013 revivía el color amarillo y verde tras coronarse contra la “Furia Roja”. Fue un 3 a 0 protagonizado por Neymar y Fred que despertaba en todos un buen augurio de lo que podía ser el Estadio Maracaná dentro de un año: un recinto lleno de gloria por volver a ver campeón a su equipo, en su casa, y gracias a la joven promesa de quien hoy milita en el PSG.

La realidad fue diametralmente opuesta, Brasil llegó a rastras a la semifinal, el escenario era el esperado: derrotar a Alemania para enfrentar a Argentina en la final, era la coronación perfecta para un equipo que necesitaba recuperar su brillo y jerarquía.

Quizá su ambición les cobró muy caro, o solamente la realidad había cambiado, Brasil 2014 fue la pesadilla para sus aficionados, Alemania les regaló los peores 90 minutos de su vida, los anfitriones fueron eliminados 7 a 1, no era lo que pensaron, e incluso peor, “La Canarinha” veía desde abajo a sus rivales jugar la final en la que Los Teutones recuperaban el “Alemania siempre gana”.

En Rusia la historia continúa, ni con Neymar pudieron hacer diferencia, nuevamente se quedaron en cuartos y con la esperanza de llegar a la final.