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Mira

7, julio 2018 - 12:42

┃ Salvador Aguilera

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CRÓNICA

Inglaterra tuvo que desenterrar su pasado  para regresar 28 años después a unas semifinales dentro de los Mundiales. Su última aparición fue en Italia 90 y hoy retorna con grandes argumentos tras derrotar 0-2 con la mano en la cintura y sin despeinarse a la que era una de las principales sorpresas de Rusia 2018, Suecia.

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El cuadro de la rosa fue mejor, su dominio no fue tan abrumador, pero le alcanzó para instalarse, por ahora como uno de los cuatro mejores del torneo, ya que los goles de Maguire y Alli le dieron ruta a su siguiente paso a seguir en la aventura rusa.

Suecia no fue ni la calca de lo que ocurrió en la fase de grupos en donde mostró garra y corazón vikingo frente a coreanos, alemanes y aztecas. Ahí impusieron condiciones y orden, pero en Samara cayeron por medio de pelotas de altura en donde las torres amarillas nunca aparecieron. Así Inglaterra avanzó en busca de reconciliarse con el título mundial que no toca desde el lejano 1966.

EL JUEGO

Un primer tiempo de reconocimiento y sin tanta intensidad es como abrieron hostilidades suecos e ingleses desde la Arena Samara.

Cuarenta y cinco minutos en donde el cuadro de la rosa fue mejor debido a una propuesta más alegre y ofensiva basada en el 3-5-2 en donde la media cancha le dejaba pocos espacios al rival.

El once de Gareth Southgte tuvo movilidad del mediocampo hacia delante. Con autoridad y alegres variantes encontraron varias formas de peligrar la cabaña de Robin Olsen.

Un poco más cuidadoso es como salió Suecia al césped. El marcado 4-4-2 con el que derrotó a México en la fase de grupos, nuevamente fue puesto en práctica por el técnico, Jane Andersson.

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Así que precavidos, los suecos vieron a los quince minutos un profundo trallazo de Harry Kane, quien lideró un contraatque y el tiro pasó desviado. Sin llegar a ser tan intensos, los ingleses tuvieron otra aproximación con otro dardo lejano, ahora por arte de Trippier, en donde el balón fue a las manos del meta.

Tranquilos y sueltos, la recompensa londinense llegó  a la media hora y lo peor para los suecos fue mediante la pelota parada, en donde su gran altura prometía ganar el desafío, pero no fue así. La redonda salió de un corner y Maguire llegó de atrás para mover las redes mediante un fuerte cabezazo ante la marca de las torres vikingas.

Inglaterra ya lo ganaba, su dominio tampoco fue tan abrumador, pero Sterling era un peligro total debido a su rapidez y la variabilidad. En par de jugadas burló y hasta sacó al meta vikingo, pero su pelota se fue desviada ya que Andreas Granqvist era el único que lo frenaba.

De Suecia nada, absolutamente nada, por lo que no eran ni la más mínima calca de lo que fueron frente a México en la fase de grupos y menos contra Suiza en los octavos de final. Sin fuerza, menos coraje y corazón regalaban el primer tiempo.

Iniciada la parte complementaria, los vikingos finalmente despertaron mediante un cabezazo de Marcus Berg que Jordan Pickford mandó a tiro de esquina.

Con el susto, Inglaterra volvió a tomar las riendas del balón y mediocampo, Sterling seguía en su mejor versión. Burlaba, encaraba y con velocidad hacía suya la banda derecha.

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Así que nuevamente con el rol del partido en las manos, llegó el segundo tanto para los londinenses. Gran jugada de conjunto entre Trippier y Lingard con grandes pases y asistencias que derivaron en el gran cabezazo de Dele Alli, quien remató cruzado para vencer al meta Robin Olsen.

Un nuevo gol de Inglaterra y por la misma vía, el remate de cabeza y por las alturas. La fría zaga vikinga no salió en su día y las torres simplemente eran un espejismo. Por raro que parezca, Suecia no generaba nada, Southgate le ganaba la postura a Andersson que veía par de intentos por medio de Claesson y Berg.

Los creadores del futbol hacían ver fácil la eliminación de Suecia, equipo que derrotó a México y con ello direccionó  la eliminación del Tricolor a manos de Brasil. De ese cuadro aguerrido y de mucho corazón vikingo, poco, muy poco que contar.

A Inglaterra todo le salía, pese a su par de goles tenía orden  y solamente dejaban que el tiempo transcurriera, ya que el resultado y las semifinales estaban en su dominio. Los suecos se morían por ellos mismos y ni con sus cambios podían regresar al partido. Inglaterra así desnudaba a una Suecia que pasó de ser sorpresa en el grupo de México a fraude en los cuartos de final, pues la garra y corazón vikingo nunca zarpó e las frías aguas londineses

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