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[symple_tab title=”CRÓNICA”]
POR LUIS GARCÍA OLIVO
FOTOS: MARTÍN MONTIEL Y JUAN RAMOS

NO hay que llegar primero, pero hay que saber llegar…
Esa frase encaja perfectamente en la hazaña de los Pumas, que después de estar casi eliminados, en la última jornada obtuvieron el soñado boleto a la Liguilla, gracias a que dieron el mejor partido de la temporada, que le sirvió para golear 4-2 a Monterrey y firmar el octavo boleto a la fiesta, que lo pone en los cuartos de final contra el líder América.
Pumas se reservó el mejor de sus rugidos para esta última fecha y de paso terminó con siete meses sin triunfo en Ciudad Universitaria. Fue una victoria con doble significado.
De la mano de Eduardo Herrera -quien se despachó con un doblete-, David Cabrera –golazo- y Dante López, los felinos levantaron lo que parecía un fracaso en puerta, pero como último invitado buscarán poner en práctica una nueva edición de la maldición del superlíder frente a las Águilas. En tanto que Monterrey sufrió en demasía sus bajas, por lo que bajó al sexto peldaño, sitio en el que le toca enfrentar al Atlas. También otro gran partido.

EL JUEGO
Un irreconocible felino fue el que sorprendió a propios y extraños. Como nunca antes a lo largo de este semestre, los goles fueron sinónimo de los hombres de Guillermo Vázquez, quienes se dieron el lujo de amarrar el boleto en los primeros 45 minutos.
Fue tanto el desconocimiento que no solamente sorprendieron a los aficionados, sino a unos Rayados que llegaron diezmados ante las bajas de Meza, Zavala y Pabón.
Sin decir agua va, Dante López lució como una gacela en la pradera y cruzó a Jonathan Orozco, en un divino despertar para la causa universitaria.
La revolución auriazul no paró. Por lo que desde fuera del área, David Cabrera presumió la calidad de su pierna izquierda y puso el 2-0 apenas al 10’. Monterrey no vio lo duro sino lo tupido, ni las manos metió, más allá de que Jonathan Orozco se erigió en pieza clave, pues de no ser por él los felinos se hubieran ido con un marcador más abultado.
La felicidad fue total, a Pumas todo le salía a la perfección. Sin embargo, Rayados acortó distancias en los botines de Omar Arellano. No obstante, la respuesta llegó en un abrir y cerrar de ojos, pues Pumas encontró nuevamente otra ventaja y después de una melé en el área chica, Eduardo Herrera apostilló el tercer grito de gol, el primero para su causa.
En el ocaso de la primera parte, Cándido Ramírez acercó a La Pandilla, por lo que se ganó la rechifla de su cuna futbolera. Parte del boleto estaba definido y solamente en la parte complementaria llegó otro gol de Eduardo Herrera, ahora por la vía del penalti para confirmar su doblete y el pase a la Liguilla.
¿Quién lo iba a decir?
Pumas rugió.
Lo hizo a tiempo…
¡Y va contra el América!

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