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Mira

19, junio 2014 - 22:51

┃ María Vega

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RECIFE.-Sin demeritar las playas de Natal y Fortaleza, Boa Viagem está a la altura.

Si bien hace un año un tiburón dio la nota al atacar aquí a una turista, hoy en día el peligro es latente, no son aguas confiables, así que varios guardaplayas custodian la zona.

Sin embargo, muchos son los temerarios quienes reposan y disfrutan de este hermoso panorama y cómo no, pues el sol, mar y cielo son tan perfectos, así como los tantos cuerpos femeninos que se pasean  por la peatonal o por la suave arenita, quienes con gafas, en camastros y dominando los brazucas comparten el paisaje.

Si bien el tiburón de hace un año terminó con la tranquilidad, varias hermosuras hacen lo mismo, rompen la calma y lo peor es que ellas no llevan como armas: filosos dientes o colmillos, sino mejor aún, con sus inmejorablees cuerpos, rostros angelicales y diminutos trajes de baño,  pasman y desmayan a cualquiera.

El peligro lo son ellas, sinónimo de advertencia que a cualquier que da un paso por Boa Viagem, simplemente queda paralizado, suspiro tras suspiro es el que se escucha junto al oleaje del mar y  guardaplayas sirven de poco, pues ellas atacan, contratacan y nockean.

El bikini es su arma mortal, lo saben, por ello lo cuidan y lo sujetan a cada momento, pero al instante de descansar, la relajación las invade, tiempo en el que es hora de caminar y disfrutar con el tico e italiano que por ahora tiene a Recife, pero en breve será los mexicanos los que corran el riesgo de caer redonditos ante el peligro de las bellas recifeñas.

(LGO/Foto: Jorge Barrera/ enviados especiales)

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