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12, julio 2018 - 23:08

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Collage sin título (2)

Moscú, Rusia.- Kylian Mbappé, Antoine Griezmann, Paul Pogba, estrellas que tientan a la élite del futbol. Luka Modric, Iván Rakitic, Iván Perisic, Mario Mandzukic, aquellos que llegaron de abajo y se hicieron un lugar en la cumbre europea.

Campeones en Francia 1998 y subcampeones en Alemania 2006, los Bleus llegaron a Rusia 2018 en primera clase, exclusiva para los favoritos al título, un prestigio bien ganado por la calidad de sus figuras y el respaldo de la historia.

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Armado línea por línea con millonarias figuras del mercado europeo, el combinado dirigido por Didier Deschamps confirmó los pronósticos que lo consideraban finalista.

Mbappé, el prodigio francés de 19 años que ha deslumbrado en Rusia 2018, va camino a convertirse en uno de los mejores jugadores del mundo.

Antoine Griezmann fue Balón de Bronce en el 2016 y Paul Pogba llegó a ser ese año la transferencia más cara en la historia del futbol, al pasar de la Juventus al Manchester United por 120 millones de euros.

Pero la corte francesa no son sólo estas tres luminarias. Hugo Lloris es uno de los porteros más cotizados en el Viejo Continente; mientras que Raphael Varane y Samuel Umtiti son considerados dos de los mejores defensores del mundo.

Pero los franceses saben lo que Croacia significa en el futbol europeo: sufrimiento hasta la última gota de sudor y guerra sin cuartel, sin importar el escenario.

Croacia le dio a Inglaterra el miércoles, en una lección de esfuerzo y de determinación para morir con el hacha al hombro, trabajando a destajo y sin pausa.

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De la mano de Luka Modric, quien tras fichar por el Real Madrid en el 2012 se fue abriendo un lugar en la élite europea, Croacia ha hecho gala de un futbol de posesión, propositivo y elegante.

Una característica muy propia de los equipos de los Balcanes y, que, en el caso de los ajedrezados, tiene intérpretes de lujo como el volante del Real Madrid, o Ivan Rakitic, entonces un jugador más en España hasta que llegó a convertirse en uno de los lugartenientes de Lionel Messi en el Barcelona.

Al lado de estos dos grandes jugadores se potencian otros como los infatigables Ivan Perisic, del Inter de Milán; Mario Mandzukic, de la Juventus; o Ante Rebic, del Eintracht Frankfurt, haciendo de Croacia una escuadra que combina elegancia y espíritu de lucha en su juego.

Los nuevos ajedrezados, en su quinta participación en una Copa del Mundo, superaron a aquel equipo de Davor Suker, Zvonimir Boban y Robert Prosinecki, que terminó en la tercera posición de Francia 1998, su primer Mundial tras la independencia del país siete años antes.

Ahora, el futbol y esfuerzo le sobra a Croacia para ir por más ante Francia.

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