POR MARCO POLO ZÚÑIGA

Francia y Croacia avanzan en dirección a la gloria mundialista, contendientes de la cita definitiva en Rusia 2018, aunque sus fórmulas son completamente distintas, el futbol los recompensó por su correcto trazado rumbo a la gran final del Mundial.

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Cada uno es arquitecto de propio destino, Didier Deschamps acumula seis años de experiencia en el banquillo galo; un proyecto firme que ha dado frutos por la continuidad de una filosofía futbolística.

Sin embargo, su rival táctico propone lo contrario, pues tan sólo necesitó Zlatko Dalic de 13 partidos de mandato para colocar a la escuadra croata en la definición del título mundial; nueve meses fueron suficientes para plasmar su ideología y convencer a los futbolistas balcánicos.

EL LARGO CAMINO

Los dirigentes franceses respetaron el proceso de su actual director técnico, tras llegar a cuartos en el Mundial Brasil 2014 y ser subcampeón de la Eurocopa en 2016, los resultaron se reflejaron en la presente justa con el boleto a la final. A Deschamps le tomó 72 meses situar a su escuadra en el partido que define al monarca del orbe.

Posee más experiencia que el técnico rival como entrenador y seleccionador; dirigirá su encuentro 12 en Copas del Mundo, cinco compromisos por delante de Zlatko Dalic.

JOVEN ETAPA

Croacia es el mejor ejemplo de que el éxito no radica a largo plazo, toda vez que su timonel apenas atraviesa por su décimo mes de gestión, tiempo suficiente para guiar a su equipo a la final del Mundial de Rusia, respaldado por una generación de futbolistas talentosos y convencidos de lo que ordena su entrenador en el terreno de juego.

Aunque registra menos años como estratega que Deschamps, al técnico de Croacia les bastó una justa mundialista para ingresar a la élite del balompié. Con menos presión que su rival y también debutante, al igual que Didier, en la final de una Copa del Mundo.

El trofeo mundialista está en juego y cualquiera de las dos selecciones que lo conquiste, presumirá al mundo su estilo futbolístico y un proyecto naciente (Croacia) o maduro (Francia) que llevó al mismo destino: el campeonato del mundo.