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Mira

21, julio 2018 - 8:00

┃ Violeta Alva

NOTA-WENDY

POR VIOLETA ALVA

FOTOS: ÉRIK ESTRELLA Y ARCHIVO ESTO

Disputar un partido en el estadio Azteca es una experiencia inolvidable.

No importa qué categoría sea o qué esté en juego, lo valioso es pisar esa cancha que fue dos veces mundialista. Marco Antonio Mendizábal vistió la camiseta de La Máquina desde la cuna. La familia llevaba los colores en la sangre y por eso su carrera la comenzó con los celestes.

Debutó a principios de los años 80 y después de su retiro fue técnico de la Sub-17 en 2010. “Me tocó vivir mi etapa en Cruz Azul desde reserva profesional. Cuando estaba ahí, jugábamos los preliminares antes de los partidos en el mismo estadio, no es como hoy que juegan en las instalaciones o en el estadio, pero dos horas antes; nosotros terminábamos de jugar y en seguida empezaba el partido de Primera”, contó Antonio en charla con ESTO.

“Tuve la suerte que, todavía estando en la reserva, jugué con estadio lleno, como el Cruz Azul-América, Cruz Azul-Pumas o contra Chivas, casi al final de nuestro partido ya había gente. Eso para nosotros era muy impresionante y ya no nos costaba tanto cuando ya tuvimos la fortuna de estar en el primer equipo, ese pánico escénico ya no nos pesaba porque lo vivíamos desde antes”, recordó.

Por esas historias, que van más allá de un partido o de jugar para determinado equipo, son las que hacen que Marco vea el regreso de La Máquina al estadio Azteca como un buen augurio.

“A mí me da gusto que regrese porque afortunadamente ahí es donde se ganaron los títulos y espero que sea el inicio otra vez de algo importante para Cruz Azul”, confesó. “La directiva, encabezada por el Licenciado Álvarez, siempre se ha preocupado por armar buenos equipos, me parece que lo han hecho siempre; desgraciadamente la fortuna no nos ha acompañado, pero siempre se procura tener un equipo profesional. Espero que ahora que regresan al estadio Azteca se dé ese toque de fortuna”, confió.

Hoy la historia pinta distinta. La incorporación de diez refuerzos de calidad genera confianza e ilusión en un fiel aficionado cementero.

FRUSTRACIÓN 

Los más de 20 años sin campeonato es un tema que pesa en los hombros de los ex jugadores de La Máquina. Tal es el caso de Marco Antonio Mendizábal, quien se dice dolido por no poder darle esa satisfacción a la afición cementera.

“Es una frustración terrible porque tú por todos los medios lo buscas, pones todo tu empeño en la época de jugador y das tu máximo siempre, hasta la última gota de sudor, y no pude, no pudimos mis compañeros y yo darles el título”, lamentó Mendizábal en charla con el Diario de los Deportistas. “Cruz Azul nació grande y yo espero que el día de mañana lo siga siendo con títulos”, confió.

Para el ex celeste no se trata de un tema de falta de efectividad, sino de no dar ese último impulso en los momentos clave.

“A veces la gente nos pregunta y nos hace burla, me parece que no debería de ser así. Si Cruz Azul hubiera ganado todas las finales que jugó sería el equipo más grande en la mitad del tiempo que el resto de los grandes”.

La losa no pesa sólo para los jugadores. Las familias también cargan con ella y eso es lo más doloroso. “Todavía recuerdo aquella final contra América. Estábamos en casa con mis hijos, con las playeras de Cruz Azul, y al final fue una tristeza porque nunca había visto llorar a mis hijos”, afirmó.

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