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21, julio 2018 - 19:54

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CRÓNICA

La Máquina ya se quitó una cruz. Volver al Azteca y pitar fue lo que buscaron. El regreso a casa fue todo un éxito.

Andrés Rentería calló bocas y se convirtió en el primer anotador celeste en el torneo. Andrés fue el guía para lo que vino después.

Milton Caraglio y Elías Hernández redondearon la tarde mágica cementera. Los refuerzos le cumplieron a su técnico.

Cruz Azul goleó. La Franja ni las manos metió. Puebla salió sin pintura y con enojo. Enrique Meza tiene mucho trabajo por delante.

Volver a pisar el Azteca renació la ilusión celeste. La Máquina pitó y lo hizo en su estacíón preferida.

EL PARTIDO

La Máquina no titubeó, el cuadro cementero carburó de inmediato y buscó pitar en su regreso al Azteca.

Caixinha decidió utilizar a sus engranes nuevos. Pablo Aguilar, Iván Marcone, Elías Hernández, Roberto Alvarado y Milton Caraglio aparecieron en el césped híbrido del  recinto celeste.

Elías Hernández colocado por el lado izquierdo, fue el elemento más incisivo, el “Patrullero” prendió la sirena y de sus zapatos salió un centro que no pudo rematar Alvarado.

Cruz Azul se notó ágil al frente, Roberto y Caraglio esperaron servicios de Elías, Méndez y Marcone.

La diversidad de ataques provocó que la Franja no supiera como bajarle la velocidad a la Máquina. Érik Pimentel, el “Manitas” Zamora y Hugo Rodríguez tuvieron mucho trabajo en la zaga

La Franja sufrió y su tarde se puso más gris con la lesión de Omar Fernández. Chrsitian Tabó entró al quite.

Cruz Azul siguió encima, pero sin poder pitar. Pablo Aguilar con la cabeza también lo intentó.

Puebla se volvió más sólido, pero nunca inquietó a Jesús Corona. Chumacero y Cavallini fueron hologramas en el campo.

El vendaval celeste se detuvo un momento. La Máquina recargó energía para volver a avanzar.

Eliás perdió protagonismo, Méndez tomó la banda que más le gusta a Hernández y no funcionó.

Roberto Alvarado en la agonía del juego volvió a intentarlo, pero no tuvo éxito.

Caraglio pidió penalti antes de ir al vestidor, sin embargo, Roberto Ríos no lo concedió. Ningún intento fructificó.

EL COMPLEMENTO

Al volver al campo la Máquina siguió encima, Milton Caraglio siempre activo en el área no se cansó de intentarlo.

Puebla tuvo un ligero realce, Tabó en el área asustó a Corona, pero no pasó a más.

La respuesta de Cruz Azul a ese ataque poblano fue rabiosa. Caraglio volvió a tirar, pero Vikonis voló para alejar el peligro.

En la continuación de esa jugada Aguilar remató, pero su remate se estrelló en el poste.

La marea azul volvió a subir, Elías tiró en el área, sin embargo el mismo escudo rechazó todo. Vikonis fue figura.

Los cambios celestes llegaron. Caixinha buscó de todas formas destrabar el juego.

Martín Cauteruccio, Andrés Rentería y luego Misael Domínguez entraron a la batalla. Todas las armas estuvieron en el campo.

Cruz Azul volvió a tomar fuerza. Las llegadas al área camotera se incrementaron en los siguientes minutos.

El acoso fue tanto que el “Topo” Rentería salió de la tierra, se elevó y logró el tanto que abrió el marcador. El Azteca enloqueció.

El tanto celeste provocó que Enrique Meza metiera al “Messi” Acuña en busca de rescatar al menos el empate.

Puebla se abrió y la Máquina lo aprovechó para bombardear a Vikonis.

En el último suspiro de la batalla, cayó en el área, el árbitro señaló el penalti y Caraglio se encargó de incrementar la ventaja.

Ya con Puebla sin defensa Elías Hernández colocó la cereza del pastel. El “Patrullero” redondeó el baile celeste.

Fue todo en el Azteca, la Máquina pitó y lo hizo a lo grande.

 

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