POR OMAR OSEGUERA ACEVEDO

“¡Noooo… no se va, no se va, Matosas no se va!”, así cantaron casi 150 aficionados del León que ayer marcharon por su entrenador y por su ilusión de que siga en el equipo.

El andar de los hinchas comenzó pasadas las 4 de la tarde del emblemático Arco de la Calzada al Estadio León. Al ritmo de un tambor y con un sinfín de cánticos adaptados al estratega uruguayo, estos leoneses quisieron demostrale al tipo que llevó a su equipo a ser bicampeón, cuánto lo quieren y cuánto lo idolatran.

No en cualquier lugar pasa esto. Tal vez no fueron muchos, cientos como tal vez se esperaba, pero si los suficientes como para hacer ruido y llamar la atención por más de una hora. Las cartulinas a Matosas fueron de agradecimiento la mayoría, pero también de peticiones a la directiva.

“Nunca te olvidaré Matosas”, decía una, otra remarcaba; “Este León es de época, gracias Matosas”. “Ellos (jugadores) te necesitan”, mostraba otra con grosera falta de ortografía.

A la marcha no llegó la barra Los de Arriba o la Ultra Verde, quienes hubieran hecho más ruido, sin embargo llegaron familias completas, jovenes en su mayoría que aprendieron a amar a este equipo tal vez gracias a Gustavo Matosas; “¡Matosas, compadre, eres a toda madre!”, le cantaron al llegar a un estadio cerrado en donde no hubo nadie quien los recibiera más que los guardias de la entrada.

Después de varios minutos de cánticos, los jovenes optaron por pegar sus cartulinas en el portón de la entrada, con el deseo de que hoy el uruguayo amado pueda ver su intención aunque sea.

Ante el final de esta novela, la afición hizo su parte.

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