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5, agosto 2018 - 10:49

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CRÓNICA

Pumas no va solo, el líder lleva escolta y es Cruz Azul. La Máquina encendió otra vez sus calderas y sumó su tercer triunfo al hilo. El cuadro cementero se colocó en lo alto de la tabla general, sólo la diferencia de goles los alejan de la cima.

El cuadro cementero superó a un cuadro regiomontano que llegó invicto y con la intención de sumar. La baja de André-Pierre Gignac disminuyó su poderío.

Roberto Alvarado  fue el héroe inesperado. El “Piojo” cruzazulino creció y le dio el triunfo a los celestes.

La Máquina ya demostró que es todoterreno, ni la lluvia, ni el poderoso Tigres los pudo detener. Su siguiente parada es en la frontera.

EL PARTIDO

Tras un arranque que ilusionó a los seguidores celestes, la Máquina  buscó alargar ese sueño una jornada más. Cruz Azul volvió a su estación preferida luego de una exitosa parada en Guadalajara.

Caixinha quiso utilizar frente a Tigres a los mismos vagones con los que despintó a La Franja y luego arrolló al Rebaño, pero Milton Caraglio causó baja por molestias físicas. Pedro decidió colocar en ese sitio a Martín Cauteruccio.

La Máquina encendió las calderas, pero la ligera lluvia que cayó en el Azteca impidió que prendieran bien.

Elías Hernández y Édgar Méndez fueron los más insistentes, sin embargo no tuvieron éxito al frente, la zaga felina los detuvo siempre.

Tigres también perdió a una pieza fundamental, André-Pierre Gignac no estuvo en el Azteca. La baja del francés provocó el ingreso de Enner Valencia.

El equipo regiomontano no se notó bien en el campo, Zelarayán y Damm por las bandas trataron de mostrar su velocidad y desequilibrio, pero pocas veces lo lograron.

Un tiro libre del “Patrullero” y un disparo de media distancia del “Chino” fue todo lo que generaron ambas ofensivas.

La lluvia fue más fuerte y provocó el aumento de imprecisiones en el campo, Enner Valencia sacudió la red, pero el árbitro ya le había señalado fuera de lugar.

Leves aproximaciones de Javier Aquino y Damm fue todo lo que fabricó Tigres, no más. La Máquina apagada.

Jesús Corona y Nahuel Guzmán volvieron al vestidor sin ensuciarse el uniforme, sólo mojado por el torrencial que no dejó de caer.

Sin más peligro, el árbitro decidió que todos se fueran a secar.

EL COMPLEMENTO

Al volver al campo y ya con menos líquido, ambos planteles buscaron ser más agresivos. Nadie quiso el empate.

Iván Marcone y Pablo Aguilar, con remates de media distancia, estuvieron cerca de abrir el marcador.

Tigres respondió con Aquino y Damm, la velocidad de los mexicanos puso en aprietos al “Jerry” Flores y a Adrián Aldrete.

Caixinha no esperó más y decidió darle minutos al “Piojo” Alvarado. Pedro descuidó la mitad del campo por darle más fuerza a su ataque.

Ferretti respondió ese cambio con la entrada de Edu Vargas. Valencia, de discreta actuación, dejó la alfombra híbrida.

El cambio cementero embonó mejor, Alvarado aprovechó un pase de Elías tras un error de Torres Nilo y sin pensarlo fusiló a Guzmán. El Azteca vibró.

El “Tuca” realizó una rabieta y decidió meter de un jalón a Sosa y Quiñones. Toda la artillería felina ya estaba en el campo.

La Máquina no perdió su solidez y alejó todo. En ese instante la lluvia volvió.

Tigres creció como el diluvio, pero el cemento celeste no perdió su fortaleza.

Caixinha notó que eran superados y metió en ese momento a Igor Lichnovsky. Cruz Azul se olvidó de atacar y puso todo su empeño en defender.

Los felinos mostraron las garras hasta el final, pero la Máquina no cedió.

Fue todo el campo. Cruz Azul ganó y el sueño continúa intacto.

GOLES

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