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Mira

4, agosto 2018 - 21:31

┃ Alejandro Alfaro

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El partido que se había mandado Oribe Peralta en Pachuca fue prácticamente perfecto. Supo sacrificarse para salir del área y empezar a participar más en la creación de juego, como una especia de media punta. Participó, pidió la pelota, la distribuyó y asistió; sin embargo, siempre se demandarán goles de un centro delantero, y más con su categoría.

 

Ayer, el “Cepillo” vivió un reencuentro con las redes, mismas que no encontraba desde la jornada 10 del torneo pasado, en donde le marcó a Guadalajara en el Clásico Nacional.

Pasaron, cinco meses para que Oribe volviera a hacerse presente en el marcador, aunque lejos de eso, mandó un mensaje claro de liderazgo en el terreno de juego.

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