POR JORGE BRIONES 

Jamás en su historia habían estado tan cerca de la gloria.

Los Jaguares de Jacksonville parten en el principal lote de favoritos a representar a la Conferencia Americana en el Super Bowl LIII.

Si por talento se contara, pocos equipos en toda la NFL parecen estar a la par de los pupilos de Doug Marrone, que si bien el año pasado se quedaron a nada de destronar a los Patriotas de Nueva Inglaterra en la final de la AFC.

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El núcleo es el mismo que en el 2017 consiguió el segundo mejor registro del sector con 10 triunfos y seis derrotas. Todos comandado por el inconsistente Blake Bortles como quarterback y el sorprendente corredor ya de segundo año Leonard Fournette, quien ahora tendrá que cargar con todo el peso del ataque terrestre con la salida de Chris Ivory. Para ellos, le trajeron más armas a la ofensiva a Bortles con el ala cerrada Austin Seferian-Jenkins y el explosivo Donte Moncrief.

Del otro lado del emparrillado, la defensiva es de élite. Nombres propios como Malik Jackson, Calais Campbell, Myles Jack y A.J. Bouye, garantizan que en Jacksonville conviva una de las mejores retaguardias de la NFL.

Es ahora o nunca para unos Jaguares que están hambrientos de su primer anillo de campeón.