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11, agosto 2018 - 10:47

┃ EFE

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Foto: @VillarrealCF

Bremen.- El Villarreal ganó en Bremen a Werder por 2-3 gracias a un gol de Morlanes en el último minuto en un encuentro en el que los pupilos de Javi Calleja dejaron muy buenas sensaciones y merecieron una victoria más holgada, aunque volvieron a ver penalizados sus errores defensivos.

Hasta nueve ocasiones claras de gol acumularon los castellonenses, que dominaron, controlaron y fueron más verticales que su rival. Lo hicieron con la posesión de la pelota, con la calidad de Fornals, Castillejo y Cazorla, el trabajo de Layún y, sobre todo, por su letal pareja de ataque.

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El partido de Gerard Moreno y Toko Ekambi es de los que se deben valorar y mucho, ya que fueron un dolor de cabeza para el equipo alemán. En un encuentro con espacios, el equipo de Calleja fue el que siempre llevó el control, llegando con peligro en casi cada jugada.

Curiosamente, la primera parte acabó con ventaja para los alemanes, que aprovecharon un error en la salida de Víctor Ruiz, para marcar en un buen contragolpe. El gol de Kruse no hacía justicia a los visto hasta esos veinticuatro minutos, en los que el Villarreal ya había perdonado dos llegadas ante el portero rival, con fallos de Ekambi y Castillejo.

A pesar del gol el equipo español siguió a lo suyo, con la idea de encerrar a su rival y buscar la portería de Pavlenka, que acabó siendo el protagonista de esa recta final de la primera parte. Un mano a mano con Castillejo y un balón que salvaba a un gran cabezazo de Gerard Moreno, impedían el empate en el marcador.

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Ese dominio basado en la verticalidad de Castillejo, los pases de Fornals, los centros de Layún y, el trabajo de Gerard Moreno, apuntaban que los goles de los castellonenses llegarían.

Algo que sucedió en la segunda parte, en la que un buen pase de Fornals dejaba solo a Ekambi ante Pavlenka, para que esa vez sí acertara con el gol. El Villarreal había dado entrada a Cazorla, por un golpe de Castillejo, y el asturiano se sumaba a la fiesta.

Las llegadas se repetían una y otra vez, evidenciando que el segundo estaba al caer, lo que sucedió pasada la hora de partido, cuando una presión y robo de Moreno, acabó con asistencia de este a Ekambi para que pusiera el segundo. A los setenta minutos se estaba viendo al mejor Villarreal del verano, ante un inoperante y desesperado Werder Bremen.

Los cambios y las ganas de cambiar esa dinámica dieron aire a los locales, que a falta de un minuto para el final encontraron el empate. Un buen centro de Pizarro era cabeceado por el japonés Osako, justo cuando acababa el partido. Parecía increíble que el Villarreal no ganara este partido y que dos errores atrás le castigaran tanto, pero en el último segundo marcó Morlanes, aprovechando una asistencia de Nahuel, para sentenciar el partido.

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