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15, agosto 2018 - 14:25

┃ Violeta Alva

alvarado

Foto: Ramón Romero / ESTO

Atrás quedaron esos momentos amargos que en algún momento marcaron su vida. Roberto Alvarado es un joven alegre, sonriente y con muchas ganas de triunfar. Atiende a los medios de comunicación con una sonrisa. No importa que recién haya terminado el entrenamiento y que tenga cosas que hacer después de la práctica. Se toma un tiempo para charlar con los reporteros. Disfruta su momento.

Llega, saluda y se sienta para platicar con ESTO. “Soy alegre, así debe de ser”, es una de las primeras frases del futbolista. Y es que después de militar en Celaya, Pachuca y Necaxa, Roberto recibió la oportunidad de llegar a Cruz Azul, uno de los más grandes de México.

“Me siento muy bien acá. Gracias a Dios en Necaxa me fue bien y tratando de aprovechar la oportunidad al máximo, la confianza que tuvieron en mí Ricardo (Peláez), (Pedro) Caixinha y el presidente. Me siento muy contento. Es una oportunidad que siempre había soñado. Me siento bastante feliz y motivado”, cuenta.

El día que le dijeron que La Máquina lo pretendía, no lo olvidará nunca. Sabía de los rumores, del interés de los celestes, y estaba de vacaciones cuando recibió la noticia.

“Me habla mi representante y me dice que le llamaron de Cruz Azul, que lo pensara, que Necaxa iba a respetar lo que yo eligiera: si me quería quedar o quería salir”, recuerda. “No lo pensé dos veces y dije que sí quería venir para acá, que quería asumir este reto y, la verdad, estoy muy agradecido por la oportunidad que se me da”, afirma.

Pero aunque él lo tenía seguro, no faltaron aquellos que lo tentaron a declinar la invitación y le recordaron aquello de las “cruzazuleadas”. Él hizo oídos sordos y de la mano del presidente deportivo de La Máquina y del resto del equipo luchará por cambiar ese dicho.

“Cuando estaba por venir me decían en redes que no lo hiciera, que iba a hacer una cruzazuleada. He tomado ese tema como algo chistoso. Ricardo nos dijo que ése era un tema punto y aparte, que él iba a hacer lo posible para que no pasaran ese tipo de cosas, que ya no dijeran eso y así va a suceder; el equipo está haciendo las cosas bien, esperamos seguir por ese paso, tenemos el objetivo bien claro y vamos a seguir por ese camino”, confía.


Anhela regresar a Europa

A sus 19 años, Roberto Alvarado es una promesa para el futbol mexicano.

El originario de Irapuato, Guanajuato, inició su carrera en las fuerzas básicas del Celaya. Debutó con el conjunto cajetero cuando recién había cumplido 15 años, para romper la marca del jugador más joven en la Liga de Ascenso. Pronto destacó en la Liga de Plata.

Pero sus objetivos desde entonces apuntaban a lo grande. El “Piojo” se lanzó a la aventura y apostó por el sueño europeo. A tan corta edad viajó a Inglaterra, con tal de hacer pruebas con el Manchester City y Leicester City.

“Todos debemos tener la mentalidad de que sí puedes hacer las cosas, que el equipo que sea, que los jugadores que sean, no debes achicarte, debes salir a dar lo mejor, divertirte, porque te tienes que divertir, tienes que disfrutar. Debes sentir que puedes hacer las cosas bien y que puedes ser el mejor”, afirmó.

A su regreso debutó en Primera División con el Pachuca y un año después pasó al Necaxa, equipo con el que consiguió un título de Copa.

Sus logros lo llevaron a la Selección Nacional Sub-21, con la que participó y tuvo gran actuación en el torneo Esperanzas de Toulón.

A pesar de que ya cumplió el sueño de jugar para un equipo grande, no tira la toalla y sueña con regresar al Viejo Continente y hacer historia.

“Es una ilusión que todo jugador tiene, poder ir a Europa, pero uno debe pensar en el presente, en hacer las cosas bien y cuando lo hagas se van a abrir otras puertas fuera de México. Espero poder algún día jugar en un equipo de Europa y cumplir ese sueño”, reveló.

Un sueño marcar en el Azteca

Ese día con el que Roberto Alvarado soñó con emular lo hecho por Claudio el “Piojo” López, se cumplió el pasado 4 de agosto, en el encuentro ante Tigres. Corría el minuto 67, Elías Hernández filtró a Alvarado, y éste, con la zurda, disparó y venció a Nahuel Guzmán. El “Piojito” anotaba así su primer gol en el Azteca.

“Es algo muy padre jugar ver el estadio lleno, casi a reventar. En lo personal siempre había tenido ese sueño de, algún día, jugar en el Azteca y también meter un gol, y ya cumplí ese sueño”, contó el “Piojo” Alvarado, apodado así por el ex delantero del América, su ídolo de niño.

Desde los siete años, cuando estaba en el equipo de la colonia que manejaba su papá, el jugador de La Máquina anheló meter un gol en el Coloso de Santa Úrsula. En aquel entonces su padre mandó hacer los uniformes del equipo, les pidió a los niños el nombre que querían que llevara su jersey y él contestó que deseaba que dijera “Piojo Alvardo”, y así se quedó.

El amor por el futbol le viene de familia. Sus padres son futboleros y sus hermanos incluso jugaron en varios equipos con él. “Desde que estaba chiquito mi papá jugaba en el equipo del llano y siempre nos inculcó el amor por el futbol. Mi mamá también es muy futbolera, siempre lo ha sido, y creo que eso ha influido bastante para que yo esté jugando al futbol. Me gustaba otro deporte, pero decidí por el futbol”, reconoció.

Le da un beso a sus nuevos colores, con los que se entiende muy pronto. / Foto: Ramón Romero

Pretende ser ídolo

Roberto Alvarado no había nacido cuando La Máquina conquistó su último título; sin embargo, y a pesar de que es muy joven, le gustaría convertirse en ídolo en Cruz Azul.

La calidad del jugador ha quedado demostrada en los cuatro partidos de Liga que ha disputado. Ha probado que tiene el coraje para enfrentarse a los más experimentados; es un jugador atrevido y no teme aceptar el reto.

“Por qué no ser algún día referente de este equipo, un goleador, que los niños se identifiquen conmigo. Espero seguir aquí muchísimo tiempo, hacer las cosas bien y, por qué no, ser un ídolo de toda la afición de Cruz Azul, eso sería algo muy bonito”, aceptó el joven de 19 años.

El cariño de la gente lo conquista rápidamente. Desde su llegada a la Ciudad de México ha recibido grandes muestras de afecto.

“Desde que llegué al hotel ya había gente ahí que me pidió autógrafos. En las redes también había personas que ya hablaban bien de mí, que decía que qué bien que venía para acá, eso también me motiva bastante. Es algo muy bonito, tener una afición como la de Cruz Azul, que te apoye en todo momento. A veces veía que cuando al equipo le iba mal, la afición siempre estaba ahí, con ellos. Es gente muy bonita y que sabes que nunca te va a dejar solo”, reconoció.

El reto más importante quizá será no perder el piso, mas tiene la fórmula para mantener la sencillez.

“Tengo bien claro lo que quiero lograr, mis metas, y creo que eso ha sido bastante importante para mí, para no perder el piso. También la gente que quiero, que siempre ha estado conmigo en todo momento me lo ha dicho, que no pierda el piso; mis compañeros también me lo dicen, eso ha sido importante”, admitió.

Cobijado por los grandes

La gran experiencia de Ricardo Peláez y Pedro Caixinha le han dado un gran aprendizaje al volante de Cruz Azul. En charla con ESTO, el “Piojo” Alvarado contó que ambos han influido en la mentalidad que ahora tiene el equipo.

“(Peláez) Es una persona que siempre está al pendiente del equipo. Siempre después de los partidos se preocupa de todos los jugadores, te pregunta cómo estás, cómo te sientes. Creo que ha influido bastante, porque él, junto a Caixinha, nos han hecho un equipo ganador. Nos han puesto otra mentalidad y qué bueno que sea una persona así, porque en otros clubes creo que sí faltan personas como las que tenemos acá”, expuso. “(Caixinha) Es un entrenador que sabe bastante, nos ha dado las herramientas suficientes para manejar los partidos, para hacer las cosas bien. Eso ha sido bastante importante para tener este invicto”, agregó sonriente.

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