Considerado como uno de los mejores rudos, Máscara Año 2000 permanece vigente sobre los encordados, tras cuatro décadas de dejar el alma arriba. Su calidad como luchador profesional no se compara, ya que siempre se ha caracterizado por ser disciplinado y el amor hacia el pancracio lo demuestra también en sus entrenamientos.

El “Padre de más de Veinte” platicó con ESTO sobre lo que representa para él brindarse por tantos años en el mundo de las llaves y las contrallaves, al cual, considera que ha sufrido transformaciones considerables, que lo han llevado a parecer un “circo” con tantas ejecuciones aéreas, en vez de que se practique el estilo clásico a ras de lona.

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“Ni me la creo porque para vivir por 40 años de la lucha libre, un deporte muy fuerte. Le doy gracias a Dios, por él estoy aquí”.

Nacido el 10 de marzo de 1958 en Lagos de Moreno, Jalisco, el alumno de Cuauhtémoc “Diablo” Velasco, comenzó su carrera en el bando técnico, pero, dadas sus condiciones sobre el cuadrilátero y sus ganas por sobresalir lo empujaron hacia el estrellato, donde uno de sus más grandes logros fue desenmascarar a otro de sus mentores, la “Saeta Azul” Aníbal. Fue la noche del 13 de diciembre de 1991, el lugar, la Arena México, cuando el hermano de Carmelo Reyes Cien Caras y Andrés Reyes Universo 2000 (QEPD) dio a conocer el rostro de Ignacio Carrillo, quien nunca le entregó la incógnita a Chucho Reyes, sino que se la puso a su hijo.

“Hay triunfos que no convencen, me hubiera gustado de otra manera, pero la lucha no está programada ni arreglada, se dieron las cosas y me benefició”.

Una de las derrotas que le dolió fue la pérdida de la máscara ante el “Can de Nochistlán” el 30 de abril de 1993 en la Plaza de Toros México, más de una década después, el pique familiar resurgió cuando su hermano, Universo 2000 retiró al legendario Perro Aguayo con un martinete, siendo su heredero, el Hijo del Perrito Aguayo (QEPD) quien terminó por rapar al “Asesino de Lagos” en Homenaje a Dos Leyendas, el 17 de marzo de 2006, en la México Catedral.

“El pique que se dio fue ocasional, y al igual que con el Rayo de Jalisco Jr, tampoco se les puede heredar a mis sobrinos (La Nueva Generación Dinamita: Sansón, Cuatrero y Forastero)”.