Con la tecnología de Google Traductor

Mira

27, noviembre 2014 - 11:08

┃ ESTO

fifa-blatter

Carlos Siula / Corresponsal

PARÍS, Francia. (OEM-Informex).- En un contexto de nepotismo, chantajes, espionaje, intrigas, invitaciones, dólares, sobornos, denuncias y traiciones no es difícil imaginar por qué razón, a los 78 años, Blatter decidió postularse para un cuarto mandato al frente de la organización. Como no es ningún ingenuo, sabe que su eventual alejamiento abriría una caja de Pandora capaz de exhibir las irregularidades que se acumularon desde que accedió al poder supremo de la FIFA, en 1998.

Su reelección, sin embargo, no será fácil. Cada hora que transcurre, su autoridad se reduce y su estabilidad es a cada momento más frágil.

Después de 16 años al frente de la institución más opaca del mundo, Blatter controla la mayoría de los votos de las 209 Federaciones nacionales y parece difícil pensar que pueda ser derrotado en la elección de mayo de 2015. Su único adversario de peso, Michel Platini, decidió retirarse para esperar su turno en 2020.

Más que la ambición de poder, Blatter necesita seguir controlando la FIFA para evitar que su eventual sucesor o algún malévolo que siempre anda suelto, decida destapar la olla de la FIFA para saber a qué huele.

* El imperio de las sombras

“Blatter siempre tuvo a la FIFA en un puño, de la misma manera que un Padrino mafioso controla a su familia”, suele decir el periodista alemán Thomas Kistner.

Nadie conocer a Blatter mejor que Kistner. Como periodista deportivo en el diario “Süddeutsche Zeitung”, Kistner investigó durante 20 años los secretos de la mafia que gobierna el futbol y que -a su juicio- comenzó a operar mucho antes de la llegada de Blatter.

El imperio planetario de la FIFA, que maneja sumas colosales, comenzó a gestarse en épocas del brasileño João Havelange por instigación de Horst Dassler, hijo del fundador del imperio de artículos deportivos Adidas, Adolf Dassler.

En su libro “FIFA mafia”, Kistner recuerda que ese brillante empresario, famoso por su codicia y su ambición de poder­, fue quien abrió las puertas de la FIFA a las grandes multinacionales que comenzaron a patrocinar el futbol internacional, como Coca Cola, naturalmente Adidas, y luego Sony, Visa, Toyota y otras grandes marcas globales.

* La CIA del deporte

Para que ese negocio funcionara sin tropiezos fue necesario crear lo que él mismo bautizó “la CIA del deporte”.

Dassler controlaba un verdadero servicio de inteligencia encargado de reunir información sobre todos los atletas y dirigentes influyentes en los medios deportivos. “Se jactaba ante sus amigos de tener información más fiable que el KGB (servicio de espionaje soviético)”, según Kistner. En su libro “Cómo robaron el juego”, el investigador británico David Yallop afirma que su relación con Havelange “consistía en manejar las marionetas”.

Fue en el marco de esa estrategia de negocios que en 1981 le pidió a Havelange que designara a su protegido Sepp Blatter como secretario general de la FIFA. De allí saltó en 1998 a la presidencia.

* Un “remake” de “El Padrino”

A medida que Blatter se consolidó en el poder, según Kistner, imitó y mejoró los métodos de su mentor Horst Dassler.

Desde hace años, el presidente de la FIFA controla un grupo de detectives privados que reúne información sobre sus rivales o sobre quienes cuestionan su política. Un sistema de escucha clandestino permite grabar todas las comunicaciones telefónicas que entran y salen de la colina de Zurich donde funciona la sede de la FIFA. Varias grabaciones de sesiones desaparecieron misteriosamente. Algunas actas también se volatilizaron y volvieron a reaparecer con modificaciones.

Incluso consiguió neutralizar hábilmente a la Comisión de Ética, creada en marzo de 2012 para investigar la corrupción: todos los miembros de ese nuevo organismo fueron designados por Blatter y son remunerados con altos salarios por la FIFA. “Dónde está la independencia de esa comisión?”, clamó Kistner.

* El precio de la amistad

Incluso ciertas instituciones independientes terminan por abandonar su curiosidad e inclinarse ante la generosidad de la FIFA. La Federación Internacional de Periodistas Deportivos recibe -sin ninguna razón que lo justifique- una subvención de 50,000 euros anuales. Interpol, por su parte, cuenta con 20 millones de euros por año para ayudarle a combatir las apuestas ilegales y los partidos “arreglados”.

En forma más que curiosa, el Servicio de Seguridad de la FIFA está dirigido, precisamente, por un exdirector de Interpol, Ralf Mutscke.

La analogía entre “El Padrino” y el funcionamiento de la FIFA fue establecida por Andrew Jenning en un artículo que escribió hace años para la Academia Británica de Periodismo.

Ese periodista de investigación recuerda que Blatter lo amenazó al saber que estaba preparando una conferencia que debía pronunciar en Miami sobre “la familia del crimen organizado en la FIFA”.

* Extraña concepción de la familia

“La FIFA -dice- responde a todos los criterios que contempla el diccionario cuando uno busca la definición de ‘organización criminal’: un líder y una ‘omertà’ (ley del silencio). El líder lo conocemos y, en la práctica, ningún dirigente de la FIFA critica a su organización.”

Uno de los precursores en revelar el “disfuncionamiento” de la FIFA fue el suizo Michel Zen-Ruffinen, que ocupaba la Secretaría General. En 2005, denunció “el sistema Blatter” y tres meses después fue obligado a renunciar. Por eso, cuando Blatter habla de la “gran familia del futbol”, Kistner -por su parte- piensa más bien en “el clan Corleone”.

“No somos corruptos ni una organización mafiosa. Todo es cuestión de percepción de la realidad”, afirmó Blatter -sin ruborizarse- a fines de septiembre de 2012.

Ese sistema pudo funcionar casi sin tropiezos hasta que comenzaron a surgir las denuncias provocadas por la atribución de la Copa del Mundo a Qatar. Eso es lo que France-Football denomina el “Qatargate”: la principal prueba de ese presuntos escándalo de corrupción es un mail interno enviado por el secretario general de la FIFA, Jérôme Valcke: “[Los qataríes] compraron el Mundial 2002”, dice el documento electrónico.

Valcke se justificó luego indicando que se trataba de un mensaje irónico y que la broma había sido “mal interpretada”.

Para ver como deshabilitar las notificaciones, da clic aquí