Tennessee.- El año 2018 ha sido muy duro para el futbol de los Estados Unidos. El impacto que tuvo el equipo norteamericano al quedarse fuera del Mundial de Rusia fue tal, que arrastran una racha de tres partidos sin victoria. Por si fuera poco, en este año, de seis encuentros, solamente han podido salir victoriosos en dos y ante rivales que, al igual que ellos, se quedaron fuera de la competición más importante del futbol a nivel de selecciones.

El mal paso comenzó desde enero. El día 28, ya con el conocimiento que se quedaron sin Copa del Mundo, arrancaron el año ante Bosnia y Herzegovina. Ante los europeos, el futbol fue netamente bosnio. Estados Unidos se defendió cuanto pudo y al final estuvo cerca de caer. El final, el 0-0 fuer el resultado entre ambos.

El debut en el año no fue ilusionante, al contrario, sirvió como un aviso de lo que vendría. En los siguientes compromisos, en marzo y mayo, los amistosos ante Paraguay y Bolivia solamente sirvieron para sanar heridas.

El primero de los dos, ante los guaraníes, fue una victoria por 1-0. Bobby Wood fue el que adelantó al equipo norteamericano y les dio el triunfo.

En el segundo, frente a Bolivia, resultó un buen ejercicio. Walker Zimmerman, Josh Sargent y Tomithy Weah, le dieron el triunfo a los de las barras y las estrellas con un contundente 3-0. Tras la victoria, no sabrían lo que vendría.

La siguiente prueba fue en Dublín ante Irlanda. Graham Burker y Alan Judge en el agregado le dieron el triunfo a los irlandeses pese a que Bobby Wood había puesto arriba a los visitantes.

En uno de los juegos en el que no lucían como favoritos, sacaron la casta. Una vez más se fueron arriba en Lyon ante Francia. Julian Green los adelantó en los cartones, pero el chico maravilla, Kylian Mbappé igualó todo para el 1-1 final.

El parón obligatorio se rompió hace unos días. En East Rutherford, los gringos chocaron ante la Brasil de Neymar sin mucho éxito. Roberto Firmino y el propio “Ney” le dieron el triunfo al Scratch Du Oro.

La malaria se podría romper ante México, aunque los de Ricardo Ferretti querrán alargar la mala racha estadounidense, mínimo un partido más.