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11, septiembre 2018 - 8:28

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Foto: AFP

Digno de un drama escrito por Shakespeare es como se llevó a cabo la victoria de los Green Bay Packers, cuyo protagonista, Aaron Rodgers, hizo de su debut en la temporada 100 de los “Cabezas de Queso”, un verdadero drama teatral.

El Lambeau Field fue la platea que atestiguó los dos rostros diametralmente opuestos de sus aficionados. El primer acto fue una comedia para los seguidores de los Chicago Bears, quienes se regocijaron con presenciar cómo la defensiva liderada por su contratación predilecta, Khalil Mack, arrollaba la linea de protección de Aaron Rodgers.

Tal fue el dominio que las primeras dos series ofensivas de los Packers no fructificaron ganancias, en cambio, el ataque de Mitchell Trubisky, inmediatamente sumó de a siete.

Pero el drama se desbordó cuando Robertson Harris cayó encima del quarterback que goza del mejor contrato en toda la NFL con 134 millones de dólares. Rodgers salió de la escena con un notable malestar en la rodilla derecha, los recuerdos de aquella desafortunada tarde en octubre del año pasado, cuando una captura acabó por fracturar la clavícula de su brazo de lanzar, regresaban para atemorizar el futuro de la temporada de Green Bay.

De lado de Chicago todo era goce y satisfacción, Trubisky seguía sumando puntos y Khalil Mack destrozaba la ofensiva que ahora estaba orquestada por DeShone Kizer. El drama alcanzó su punto máximo cuando Aaron Rodgers era llevado a revisión, el rostro de angustia del quarterback era el mismo que llevaban todos los aficionados del equipo.

El primer acto terminó con 17 puntos a favor de Chicago y dos entregas de balón en contra de Green Bay, el panorama era desolador para los “Cabezas de Queso”

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Pero como un héroe, o algo más que eso, Aaron Rodgers regresó para encarar la segunda mitad al estilo de un espartano, tal como sucedió en el 2015 cuando derrotó a Dallas con la pantorrilla izquierda lesionada, el quarterback de Green Bay inició el segundo acto para demostrar el valor de su contrato y su prestigio como deportista elite.

Rodgers regresó para remontar un déficit de 20 puntos, una diferencia que jamás había enfrentado, además el reloj era otro rival, sin embargo, un gol de campo y tres pases de anotación para Geronimo Allison, Davante Adams y Randall Cobb, lograron superar la cobertura de Khalil Mack, la cual parecía implacable.

La obra de Rodgers terminó con un Mitchell Trubisky desesperado por llegar a una zona que le diera la posibilidad de intentar un gol de campo, sin éxito, el rostro de los seguidores de Chicago lucía de alguien que no se explicaba lo que pasaba ante sus ojos. Por otro lado, los “Cabezas de Queso” caían rendidos de dicha ante el venturoso acto de su estrella.

El regreso heroico de Aaron Rodgers, quien le dio la victoria a Green Bay con una rodilla lastimada, es un claro ejemplo de las emociones que transmite el inicio de una nueva temporada de la NFL.

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