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5, octubre 2018 - 23:45

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Veracruz.- El Rey de los Mares ya no es el Tiburón. De entre ls profundidades del océano, apareció un Pulpo, que defendió con todos sus tentáculos el Puerto de Veracruz.

Con sus atajadas, Pedro Gallese se convirtió en el héroe de los suyos para dejar el marcador final con un empate sin goles.

La pesca del día no salió como la esperaban los Rayos del Necaxa. A pesar de que ellos pusieron el ritmo, nunca lograron arponear la meta del portero peruano.

En un día de celebración, por el cumpleaños de Juvenal Olmos, los Escualos no bailaron al ritmo de cumbia andina y se conformaron con no perder.

EL JUEGO

Un partido trabado en el medio campo fue el que salieron a ofrecer los Tiburones Rojos del Veracruz y los Rayos del Necaxa. Los constantes toques de balón de los Hidrocálidos no fueron suficientes, a menos en el inicio, para abrir a una zaga indispuesta a permitir dianas en casa.

A pesar de que Necaxa quiso bailar a su ritmo, los Escualos tuvieron la primera del partido. Solamente a balón parado, las ofensivas tuvieron la oportunidad de poner a temblar a los arqueros.

Los Porteños atacaron, la falta no se hizo esperar en el centro del campo. Centro envenenado al corazón del área, justo ahí, apareció José Hibert Ruíz con un testarazo. El balón se fue apenas por encima ante la mirada de Hugo González.

Pero de los pies inquietos de Matías Fernández llegó la respuesta de los Rayos. Tiro libre cobrado por el andino, la pelota buscó el costado del arco, sin embargo, Pedro Gallese apareció con un manotazo salvador. El rebote favoreció a Córdova que remato, pero el “Pulpo” reaccionó a una sola mano y evitó el festejo.

Los Rayos siguieron con el toqueteo para tratar de abrir a la defensa roja. El modus operandi cambió, los tiros de media distancia se convirtieron en la nueva arma Hidrocálida, sin embargo, no tuvieron suerte para vencer a Gallese.

Uno de los disparos que puso a trabajar al peruano, fue un zurdazo de Mayorga que terminó en tiro de esquina.

Con el ritmo de partido controlado, cayó el exceso de confianza de los Rayos. En la salida, Hugo González perdió un tiempo en su intentó por despejar, y el balón se le escurrió caprichosamente. El cancerbero alcanzó a recomponer antes de que la acción terminara en autogol.

El trastabillen funcionó para volver a despertar la ofensiva Rojiblanca. Por izquierda, Matías Fernández mandó centro para Dávila que alcanzó a peinar, pero la pelota cayó justo en la humanidad de Gallese.

Los Rayos insistieron en electrocutar a los Porteños, sin embargo, el “Pulpo” salió en su noche. Doble atajada del cancerbero, el primer remate fue de Víctor Dávila, y la contra fue de Marcelo Allende, pero la puerta, simplemente no cayó.

Para el complemento los cambios no se hicieron esperar. Jefferson Murillo y Diego Chávez ingresaron al campo para intentar dar un vuelco de 180 grados en el accionar de los Tiburones.

El cambio de actitud fue notorio. Los veracruzanos intentaron explotar las bandas en los primeros instantes de la segunda mitad, incluso tuvieron la oportunidad de abrir el marcador.

Trazo largo para Cristian Menéndez. El “Polaco” quedó mano a mano ante Hugo González y en la definición, el delantero desperdició la oportunidad, apenas con el pie, el meta evitó el grito de gol.

Los Escualos también buscaron a Murillo con un pase largo, sin embargo, González recostó y cortó la trayectoria del balón para evitar una acción de mayor peligro.

La respuesta legó con un cañonazo de Matías Fernández que se quedó para la anécdota. Atento Gallese se quedó la esférica.

Los Tiburones vieron la oportunidad de buscar la mordida fatal. Tiro libre de Hibert Ruíz y error en la atajada de Hugo González que dejó el balón a la deriva, por fortuna para los suyos, sin consecuencias.

No hubo tiempo para más. Los Tiburones Rojos salvaron el empate en casa, y ahora deberán comenzar a pensar en la próxima fecha, misma en la que chocará con Atlas, mientras que los Rayos le harán los honores a León.