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2, diciembre 2014 - 9:59

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POR ALMA ROSA CAMACHO

CRISTIANA sepultura le dieron a los restos del más grande artista del humor blanco latinoamericano, el mexicano Roberto Gómez Bolaños “Chespirito”, en la tarde de ayer en el panteón Francés de la Piedad –avenida Cuauhtémoc y Viaducto de la ciudad de México-, luego de su deceso a los 85 años, el pasado viernes 28 de noviembre en Cancún, Quintana Roo.
El funeral fue privado, sin acceso a los distintos medios de comunicación nacionales y del extranjero, exceptuando a los reporteros de la empresa de San Ángel y de Univisión. El cortejo fúnebre arribó al camposanto a las 12:00 horas, el que ya estaba fuertemente vigilado por elementos de policías que sumaron poco más de 50.
Custodiada en contraflujo por patrulleros en motocicletas, la carroza gris negro que contenía el féretro caoba con los restos del escritor, guionista, actor, productor y literato de poesía; secundándola a su llegada la primera camioneta blanca, en cuyo interior iba la viuda doña Florinda Meza, y la tercera, con sus seis hijos como fueron Roberto, Marcela, Graciela, Teresa, Paulina y Cecilia. Y otros cinco vehículos, con más personas.
Mientras que los comunicadores apostados fuera de la puerta enrejada del panteón, ya cerrada; familiares, amigos y ejecutivos de la empresa de San Ángel, junto con curiosos empleados del lugar, escucharon la homilía ofrecida por el sacerdote que brindó un mensaje de resignación a los deudos como al público del artista. Florinda Meza dijo a manera de mensaje unas palabras, esto previo a que el ataúd descendiera a su última morada, quedando en el pasillo cuatro.
Antes, el actor Moisés Suárez, quien estuvo presente en la ceremonia de despedida, informó que él actúo en la última temporada de “El Chavo del Ocho”, así como que fue parte de la puesta teatral “11 y 12”, y comentó:
“Son tantos los recuerdos que tengo de Roberto, no sólo como amigo, sino también como jefe, yo actué como ‘Don Cecilio Buenavista’, era el dueño del hotel en el que trabajaban ‘La Chimoltrufia’, ‘El Chómpiras’ y ‘El Botija’. ¡Ah, qué problemas me causaban!
“Trabajé también muchos años en la puesta de teatro ‘11 y 12’, hice el papel también de doctor. No sólo hicimos funciones en México, sino que fuimos de gira por Centro y Sudamérica. ‘Chespirito’ como jefe fue cauteloso, prudente y muy cuidadoso de no lastimar a la gente, exageradamente caballeroso. Y fue con su forma de ser más que positiva con la que lograba muchas cosas. Como amigo, era sólido y uno sabía que podíamos contar con él. Parte de lo que aprendí de él, era no echar tanto rollo y decir lo esencial. Como lo que le digo desde lo más profundo de mi alma: ‘Roberto, te quiero mucho’”, precisó en la charla Moisés Suárez.
En el panteón sobre la avenida Cuauhtémoc, arribaron personas del público, algunos en familia con cinco integrantes desde Legaria, otros de traje dejaron la oficina como uno más llegó con la camiseta de “El Chapulín” más la bandera del país de Chile; para apreciar la llegada de “Chespirito”, para quien hubo pancartas, que sin importar la ortografía clamaron:
“Asta pronto Chavo no te Bayas sin tu torta de jamón…”. Hubo otra de la niña Ximena: “No te vayas Chavito”.

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