EFE

No lo puede decir ni más alto ni más claro. Portugal se ha lanzado en campaña para respaldar a Cristiano Ronaldo e insinuar, de paso, una supuesta confabulación de la UEFA y la FIFA para que no venza su tercer Balón de Oro.

La excepción a la regla entre los portugueses ha sido el técnico del Chelsea José Mourinho -entrenador de Ronaldo entre el 2010 y el 2013-, para quien este galardón no hace “bien” al fútbol, pues entroniza a unos futbolistas en detrimento de otros.

A pesar de la disensión de Mourinho, del que se conocen roces con su antiguo pupilo, el fútbol luso hierve en favor de su estrella.

Si el pasado año aficionados, jugadores y dirigentes se indignaron con el líder de la FIFA, Joseph Blatter, cuando imitó a Ronaldo y asumió preferencia por el argentino Leo Messi, este año Michel Platini ha sido el que ha encendido la mecha.

El principal dirigente de la UEFA afirmó que el merecedor del galardón sería un integrante de la selección de Alemania, campeona del mundo en Brasil este año.

Es el rendimiento de Ronaldo en ese torneo, en el que jugó con una rodilla maltrecha, el considerado talón de Aquiles del futbolista.

El astro del Barcelona Messi fue considerado, contra pronóstico, el mejor futbolista de aquella competición y al portero del Bayern de Múnich Manuel Neuer, que ganó el Mundial, le designaron mejor portero del máximo torneo de selección.

El presidente de la Federación Portuguesa de Fútbol (FPF), Fernando Gomes, y el seleccionador Fernando Santos se han apresurado en contrarrestar los apoyos a Messi y a Neuer, los finalistas en este premio junto a Ronaldo.

“Una cosa es el Mundial, que se realiza durante tres o cuatro semanas y que como resultado de la competición es atribuido un premio al mejor futbolista. Este año (…) el presidente de la FIFA manifestó que no concordaba con el criterio utilizado para su elección”, dijo Gomes, en una indirecta para desmerecer a Messi, finalista derrotado en la Copa del mundo.

El responsable de la FPF ahondó en la defensa del capitán de la selección: “Si hay un año en que Cristiano se merece el Balón de Oro, es claramente el de 2014”.

El seleccionador Fernando Santos optó por centrarse en la crítica a los líderes de la FIFA y la UEFA.

“No tiene sentido que personas que ocupan esos cargos, como el de presidente de la FIFA y de la UEFA, hayan hecho comentarios de ese tipo en los últimos años”, dijo a los periodistas Santos, quien les pidió mesura y contención a Blatter y Platini.

Aunque la votación se cerró a finales de noviembre, los llamamientos para que la estrella del Real Madrid logre su tercer Balón de Oro, después de los del 2008 y el 2013, se han intensificado en los últimos días mientras se ha agravado el ataque al organismo que rige el fútbol europeo.

“Las posibilidades de que las preferencias de Platini son menores, porque sólo un alemán está entre los finalistas. Ronaldo va a ganar”, opinó el exinternacional luso y antiguo central del Deportivo de la Coruña, Jorge Andrade.

En sus declaraciones a la radio Antena 1, Andrade se atrevió a indagar sobre el motivo que llevó a Platini a decantarse por un alemán: “Fue un gran jugador (Platini), pero tiene celos de los cracks”, razonó.

Dos de los más vehementes en la defensa de Cristiano Ronaldo han sido sus colegas de equipo y selección, Pepe y Fábio Coentrao.

“Escuchar lo que dicen personas que ocupan cargos de enorme responsabilidad puede ser interpretado como un intento de influir en la decisión y eso me parece ridículo”, lanzó Coentrao.

La idea de una supuesta conjura contra Ronaldo es común entre los aficionados de Portugal, que creen que los estamentos del fútbol internacional prefieren a Messi antes que al jugador del Real Madrid.

“¿Qué necesita hacer para que lo reconozcan? Ya es el mejor jugador de todos los tiempos (…) la diferencia de él respecto a todos lo otros, repito, es más clara que nunca”, denunció Pepe, quien fue aún más lejos.

“Cualquier otro jugador que recibiese el Balón de Oro de este año solo podrá sentir vergüenza frente a lo que Cristiano Ronaldo ha venido haciendo”, cerró.