Con la tecnología de Google Traductor

Mira

6, noviembre 2018 - 22:54

┃ Fernando Schwartz

marquez

Foto: Cuartoscuro

Rafael Márquez, hoy presidente deportivo del Atlas, recordó en entrevista para Telemundo Deportes, en la Unión Americana, los difíciles momentos que le ha tocado vivir, esencialmente cuando el Departamento del Tesoro de Estados Unidos lo asoció con el narcotráfico: “Fue una pesadilla. No lo podía creer”.

Relató: “Fue algo extraño, ya había indicios dos días antes de algo inesperado. No sabía qué pasaba. Antes de la noticia, autoridades me informaron de la situación. No entendía el por qué de las cosas. Poco a poco me di cuenta de la magnitud de ese señalamiento”.

Entérate: Néstor culpa a Higuera por la salida de Guzmán

Acotó: “Siempre he buscado tener calma en las crisis, pensar y afrontarlas, como lo hice tres horas después que se supo; di la cara para tratar de defender toda mi integridad por algo que sigo sin entender”.

El partido más difícil: “Así lo expresé y así ha sido. Sigo luchando para que se aclare lo más posible. Las noticias negativas generan más importancia que las positivas. Espero el día de mañana salir lo menos dañado. Dañado ya estoy”.

Sentimiento: “Mucho. Un poco de todo, rabia, dolor, no sabía de qué se trataba. Era algo nuevo. No estaba bien informado, con los expertos empecé a entenderlo y poco a poco lo superé. Semanas donde no quería ni salir de la cama. Dormir y no saber nada”.

Leer más: Monopolio, motivo de investigación a América y Cruz Azul

Apuntó: “Aquí sabes con quiénes cuentas. Pensaba que el más cercano te apoyaría; ni un mensaje. Estupendo darme cuenta de la gente que está conmigo”.

Sus hijos: “Han sido mi fortaleza. Me refugié en ellos, Rafael a distancia, Santiago y Leonardo en casa; éste último, el alma de la casa. Dios pone las cosas por algo y en el momento exacto”.

Perderlo todo: “Si me pasó por la cabeza. No volver a jugar, el sueño de un quinto Mundial, de perder lo económico y volver a empezar. La seguridad de la verdad me dio la fortaleza de levantar la cara y no esconder nada. No tener miedo al qué dirán”.